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Los golpes de estado

11 de septiembre de 2023

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Medio siglo se está cumpliendo del infame y criminal “golpe de estado” organizado, alentado y financiado por el gobierno imperialista de Estados Unidos y sus transnacionales contra el gobierno constitucional limpiamente elegido en Chile, mediante el cual llegó el gobierno de coalición de Unidad Popular que encabezaban los partidos Socialista, Comunista, Acción Popular Unitaria y Radical a los que se sumó el Humanista, el doctor Salvador Allende Gossens prestigiosa figura política de ese país austral, expresidente del Senado y cabeza de numerosas instituciones políticas chilenas a lo largo de su historia. En fin, uno de las más importantes y relevantes figuras políticas de ese país desde los momentos de su independencia.
No era necesaria mucha astucia para olerse desde buen tiempo antes que el imperialismo norteamericano pondría en juego todas sus miserias, trucos, trampas y bajezas hasta llegar a las más abyectas y corruptas para derrocar a Allende y al gobierno de Unidad Popular elegido por el pueblo chileno o, más específicamente, su electorado.
Resultaba evidente que la posibilidad democrática de construir el socialismo se mostraba muy difícil -diríase que casi imposible ante la conjunción bastarda que se le enfrentaba y en un mundo de aquellas características-. Algunos ya lo habían pronosticado y otros lo verían sangrientamente reflejado en la práctica. El imperialismo de Estados Unidos y la oligarquía local cómplice impidieron otra vez que la experiencia seria, pacífica y constructiva del socialismo real fuera posible en América Latina. Al pueblo chileno le quedaba aún un buen tiempo solo por recorrer. Los hijos de Hugo Chávez estaban por nacer. Y nacieron.
Como parte de su habitual comportamiento hipócrita, mentiroso y de doble o triple trasero, la diplomacia y la política estadounidense tiene su punto de vista sobre “la democracia”, “las elecciones”, “los derechos humanos” y los “derechos individuales”: todo va navegando sobre falsedades o engaños, presiones o amenazas. Nada es limpio ni transparente y todo se mueve según los intereses del Imperio.
Un caso que merece traerse a cuento es el de los “golpes de estado”, los cuales son utilizados según les convenga o no al Imperio en su función de dominio y saqueo y contra los cuales lagrimean cuando pueden afectar a sus intereses omnímodos e intocables.
Dentro del arsenal imperial están, por tanto, los “golpes de estado” de los cuales el gobierno imperialista de Estados Unidos propició 13 en América Latina solamente a lo largo de la década de los 70. Todos ellos fueron para favorecer a sus intereses, su gente, sus posiciones y sus negocios.
No sin razón cuando se produce algún extraño “golpe de estado” en favor de intereses que no son precisamente los del Imperio o del gran capital y, excepcionalmente, favorece a los intereses populares, los imperialistas yanquis y sus socios deben hacer un religioso silencio como acto de contrición.

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