Los frutos podridos del imperialismo
28 de mayo de 2020
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La llegada del primer tanquero iraní para ayudar con gasolina a la causa bolivariana del pueblo de Venezuela, constituye un desafío a la prepotencia del presidente Donald Trump, quien amenazó con bloquear a este navío y a los otros cuatro que Teherán enviará con ese producto en las próximas semanas a puertos de la nación suramericana.
Hasta ahora con Venezuela, como antes con Cuba y Nicaragua, han fracasado los esfuerzos imperialistas para subvertir el orden constitucional y derrocar a un gobierno respaldado por el pueblo.
En el curso de los últimos años, el Imperio ha salido airoso en el derrocamiento por la vía electoral, con espurios comicios, así como la vía judicial, a gobiernos que se habían ganado el apoyo de la población y emprendido medidas para echar abajo las malas consecuencias de un neoliberalismo que se quiere entronizar por quienes explotan a las masas y crean la amplia brecha de la desigualdad social.
En ello destacan el buen trabajo del espionaje norteamericano, su captación de elementos acólitos en varios países y la consecuente derechización de la sociedad, todo un maridaje que sigue dando sus frutos, podridos, claro, pero buenos para el Imperio.
Al despliegue y revitalización de bases militares en algunos países ha seguido esta ofensiva, que está logrando la derechización de la sociedad brasileña, y con ello el poder fue asaltado y tomado por un fascista con apoyo del alto mando militar de las fuerzas armadas, la oligarquía nacional, un Congreso al servicio mayoritariamente de la derecha y los indispensables medios de comunicación que tanto moldean a una masa que no ha sido preparada ideológicamente, en parte por la debilidad y falta de previsión de gobiernos con tintes progresistas.
Ello hizo posible el triunfo del fascismo en las elecciones brasileñas, luego de haberse encarcelado injustamente a Lula, lo cual cerró aún más el cerco sobre Venezuela, con el inminente peligro de una invasión militar largamente preparada, y cuyo prolegómeno fue realizado mediante una incursión costera por estos días, con un rotundo fracaso, gracias a la unidad del pueblo y los militares.
En este contexto se halla el golpe de Estado perpetrado contra Evo Morales en Bolivia, el afianzamiento de Sebastián Piñera en Chile, la traición de Lenín Moreno en Ecuador, la victoria de la derecha en Uruguay y el vaivén del gobierno peruano,
Destacan la participación de los militares norteamericanos en la vida política de Colombia, donde se incumple el pacto de paz con las fuerzas guerrilleras que llegaron a desmovilizarse, mientras el paramilitarismo campea criminalmente en amplias zonas de una nación donde sus gobernantes explotan convenientemente el narcotráfico.
Esta estratega norteamericana para Latinoamérica ya había sido revelada hace algunos años en documentos de WikiLeaks estudiados por Alexander Main y Dan Beeton, del Centro para la Investigación Económica y Política, con sede en Washington. O sea, son conclusiones que parten del corazón del Imperio.
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