ribbon

Lo más difícil de lograr

2 de octubre de 2013

|

Pese a que Rusia ha logrado llevar a Estados Unidos a una situación que obstaculiza su anunciada agresión a Siria, se mantiene latente el peligro creado por el pretexto de que Damasco ha utilizado armas químicas. Lo notable en la grave situación creada por la invasión de mercenarios entrenados por Occidente y financiados por las satrapías del Golfo, es que el gobierno de Bashar al Assad ha logrado que gran parte de la población que permanece aún en el país apoye logísticamente la ofensiva del ejército.
Este ha logrado avanzar sobre un enemigo que utiliza constantemente acciones terroristas, incluso con armas químicas de procedencia saudita, que solo en las cercanías de Damasco causó la muerte a unos 1 400 civiles.
Precisamente, 13 de los grupos opositores, especializados en atentados terroristas y que son señalados como autores del ataque con armas químicas, se oponen a otros proclives al diálogo, incluso la coalición asentada en el exterior.
Hay unas palabras claves del discurso del presidente boliviano, Evo Morales, en la Asamblea General de la ONU, en las que señala hasta donde llega la debilidad del presidente Barack Obama ante quienes gobiernan de verdad en Estados Unidos.
No es algo festinado ni mucho menos decir que ello se refleja en la ambigua actitud asumida ante la aceptación por Siria de la propuesta rusa de poner bajo control internacional su arsenal de armas químicas, existencia que nunca negó y que dijo que jamás las utilizaría contra el pueblo, como si lo hicieron los elementos mercenarios que invadieron Siria.
La ONU inició la segunda etapa de sus investigaciones sobre el uso de armas químicas en Siria, pero desde antes que lo hiciera ya EE.UU. insistía en que la autoría del incidente fue de las fuerzas de Bashar al Assad y urgía a intervenir, cuestión, reitero que no ha abandonado.
Asimismo, el establishment ha establecido una virtual censura contra aquellos expertos norteamericanos que han manifestado su seguridad de que Al Assad no está detrás del empleo de armas químicas en Siria, porque, al parecer, está ganando la guerra y no tendría sentido hacerlo a unos pocos kilómetros de donde estaban alojados los inspectores de la ONU.
Es tal la obsesión contra el Presidente sirio -antimperialista y antisionista- que siempre hay que pensar que Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Atlántico Norte encontrarían otra justificación para agredir y destruir a Siria.
La Casa Blanca ha mantenido cuatro buques de guerra en el Mediterráneo oriental. Si se da una orden, Siria recibirá una “lluvia” de misiles de crucero tipo Tomahawk en pocos minutos. La destrucción sería inimaginable.
El Secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hagel, dijo que “se mantienen opciones para todas las eventualidades”, refiriéndose a un posible conflicto con Siria, y en este contexto se han coordinado ataques por ocho comandantes militares de Estados Unidos, el Reino Unido, Arabia Saudita, Qatar, Turquía, Francia, Italia y Canadá.
Según “Le Figaro”, diario derechista francés, fuerzas rebeldes entrenadas por la CIA han estado llegando a Siria “desde mediados de agosto”, y el Ejército de EE.UU. tiene un número significativo de aviones de combate F-16 en Jordania.
Rossia Today informó en Moscú que, de acuerdo con un documento secreto filtrado en marzo del 2012 por WikiLeaks, personal de la OTAN se encuentra desde el 2011 en Siria para preparar un cambio de régimen.
Posteriormente, “The Times of Israel” informó que una evaluación militar interna israelí había llegado a la conclusión de que “Washington está considerando seriamente un ataque limitado, pero eficaz”, y el senador norteamericano John McCain afirmó que, si los militares estadounidenses no atacan Siria, “brutales dictadores de todo el mundo podrían creer que tienen carta blanca para utilizar armas químicas”.
Para colmo, y sin que sea una sorpresa, ya se habla de una agresión aérea al estilo de la que hizo la OTAN en Kosovo, sin el mandato de Naciones Unidas.
Como se recordará el gobierno de Obama dijo que no tiene planes de poner “ni una sola bota en territorio” sirio, pero no descartó cualquier otro tipo de acción militar, por lo que se hace aún más necesario que tanto Rusia y China, como las diferentes organizaciones que luchan por la paz en el mundo mantengan sus esfuerzos para alejar la posibilidad de una agresión imperialista a Siria y, por consiguiente, el peligro de una conflagración a gran escala que afectaría a toda la Humanidad.

Comentarios