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Limbo legal de una historia

13 de enero de 2014

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La noticia es sencilla, pero pone al desnudo una verdad más grande que el anuncio este 10 de enero, de la posible liberación de un preso de nacionalidad yemenita que lleva más de 10 años recluido sin cargo alguno, en la cárcel norteamericana de la ilegal base de Guantánamo.
¿Cómo es posible que estos reos, llevados a la prisión como parte de una cruzada emprendida por Estados Unidos contra todo aquel que —para la CIA o el Pentágono— aparente ser terrorista, pueda estar diez años preso, siendo salvajemente torturado y sin que se le imputara cargo alguno?
En este caso la víctima es Mahmud Mujahid, de 33 años de edad, que, según Washington “ahora no representa una amenaza para la seguridad”.
La información dada a conocer por Russia Today señala que en Guantánamo hay 166 presos con diez años o más de que fueran llevados allí sin acusación alguna, en algo así como un limbo legal, a la espera de que algún día se acuerden de ellos y si es que están vivos todavía, puedan ser liberados o enviados a su país de origen.
En estos últimos años, por las escalofriantes celdas de la cárcel instalada en la ilegal base de Guantánamo han pasado 779 personas. Contra una buena parte de ellos ni siquiera se presentaron cargos acusatorios antes de ser liberados, otros perecieron tras largas jornadas de torturas, algunos se han suicidado y el resto aún está allí.
Cuando asumió la presidencia Barack Obama y ante la ola de crítica internacional por las torturas que se practican a los reos en esa prisión, el mandatario dijo y reiteró que “la cárcel de Guantánamo era una vergüenza para los Estados Unidos y sería clausurada”.
Pero de lo dicho a lo hecho han pasado cualquier tipo de circunstancias y esta promesa es una más de las incumplidas por el gobernante norteamericano.
Al respecto y ante las “justificaciones de Obama, la abogada de un preso en Guantánamo, Martha Rayner, ha dicho que “es equívoco responsabilizar al Congreso. Es el presidente quien mantiene encerrada a esa gente. Algún presidente debería poner fin a todo esto”.
Como parte de su ambigua política, el mandatario pidió al Congreso más de 450 millones de dólares para el mantenimiento y la mejora de la prisión en la ilegal base de Guantánamo.
El Pentágono también quiere 200 millones de dólares para mejorar las instalaciones temporales. Ese trabajo podría tomar entre ocho y diez años, ya que los militares deberán transportar a los trabajadores a la isla, donde la vivienda es limitada, además de enviar el material de construcción.
El pasado año 2013 la mayoría de los prisioneros mantuvieron una huelga de hambre como protesta por la violación de los derechos humanos por parte de las autoridades militares de la instalación.
De los 166 prisioneros en abstinencia alimentaria, treinta fueron sometidos a la alimentación forzosa, una práctica que la Oficina de Derechos Humanos de la ONU considera tortura y violación del derecho internacional.
Al respecto se han dado a conocer varios informes de que los guardias de la citada prisión están maltratando a reos en huelga de hambre en un esfuerzo por “quebrarlos”.
Los abogados del prisionero yemenita Musaab al-Madhwani dicen que los carceleros presionan a los huelguistas negándoles el agua potable, obligándolos a beber agua de la llave no potable y manteniendo sus celdas a temperaturas “extremadamente frías”, informó AFP .
Por si algo falta recordar en esta historia tenebrosa, es que todos estos detenidos fueron capturados en el extranjero; llevados primero a cárceles secretas creadas por Estados Unidos en varios países europeos y ya llevan 12 años de encierro y torturas en la instalación de la ilegal base de Guantánamo.

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