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Lenín en cámara ardiente

9 de octubre de 2019

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El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, acaba de trasladar la sede del gobierno a Guayaquil, ante la imposibilidad de establecer por el momento su gestión en Quito, la capital, centro del masivo movimiento popular de protesta contra su plática neoliberal.
Lenín pensaba que con el apoyo del ejército, la oligarqupua local, el Fondo Monetario Internacional y el imperialismo en su conjuntopodrán doblegar a los millones de ecuatorianos afectados por la entrega del patrimonio nacional al extranjero.
A los habitantes capitalinos, se le acaban de sumar más de 8 000 indígenasque marcharon centenares de kilómetros desde otras partes del país para dar el espaldarazo indispensable a la huelga nacional que haga desistir a Moreno de sus pretensiones contra el pueblo, la privatización de todo lo que sea estatal y la eliminación de los subsidios a los combustibles, lo que afecta a muchos trabajadores de una nación donde todo es cada vez más caro y el salario real sigue disminuyendo.
La represión a las protestas en Quito tieneel saldo de un número no informado de víctimas mortales y más de 600 detenidos, además de que en el propio Guayaquil, controlado por la derecha, ahora aliada del mandatario,miles de manifestantes marcharon por sus calles y se concentraronbaja letreros que exigían la dimisión presidencial.
Luego de traicionar la revolución ciudadana que durante diez años logró hacer importantes mejoras en Ecuador y lo respaldó y ayudó a convertirse en Presidente, Moreno emprendió una política de cierto matiz progresista, con impuestos a las grandes empresas y ayuda a las pequeñas, pero esto no duró mucho, ante las críticas de sus nuevos alados: los representantes de los grandes grupos económicos, las cámaras de comercio, los más importantes medios de comunicación del país y hasta de sectores sindicales (por la flexibilización laboral).
En un segundo momento, el gobierno de Moreno empezó a borrar lo poco de progresista que le quedaba y tomar posición por un bando específico que le ayudaba a sostenerse en el poder: la derecha y los representantes de un neoliberalismo que le ayudó a obtener préstamos millonarios del Fondo MonetarioInternacional, con lo que endeudo a la nación.
Así, en abril del 2018, Moreno hizo pública su segunda propuesta de plan económico. Esta vez se plantearon cuatro ejes, altamente concentrados en la estabilización fiscal y las inversiones: estabilidad y equilibrio fiscal, reestructuración y optimización del Estado, equilibrio externo y sostenibilidad de la dolarización, reactivación productiva. A la par con estos ejes, se presentaron varias políticas específicas.
Este plan fue recibido con mayor agrado por los grupos dominantes, ya que fue clara la intención de Moreno de conciliar con éstos. Ya no se habló de aumento de impuestos a las grandes empresas, ni del énfasis al apoyo a las pequeñas. Ahora la mayor concentración se dio en el ajuste fiscal, así como en las facilidades para la llegada de inversión privada, así sea con la entrega de recursos naturales y la exacerbación extractivita (neoliberalismo puro y duro). Este giro de Moreno se aderezó con la mención, casi simbólica, de la “economía popular y solidaria” sin ninguna política concreta.
Aunque esta versión del plan ya parecía definitiva, el abrupto cambio de dirección en el Ministerio de Economía y Finanzas -ubicándose como timonel a un expresidente del Comité Empresarial Ecuatoriano- hizo que las cosas cambiaran otra vez. Así, el manejo económico de Moreno llegó a un tercer momento, que se inició el 24 de mayo del 2018.
Si bien aún es prematuro analizar las medidas concretas que el mandatario tome una vez que ha entregado el manejo de la economía y las finanzas a un exrepresentante del empresariado ecuatoriano, algunas ideas ya quedaron planteadas en el discurso que Moreno dio al cumplirse un año de su gobierno.
Entre sus ideas habló claramente de la exoneración tributaria diametralmente opuesta al incremento de impuestos propuesto en octubre del 2017. Pero, sobre todo, destaca la intención de radicalizar el enfoque neoliberal del plan presentado en abril, que está siendo aplicado por el mencionado Ministro de Economía representante del empresariado, además de un ministro de Comercio Exterior que mantiene vínculos familiares con Isabel Noboa (mandamás del grupo Novas), y que va ganando protagonismo en la definición de la política económica del país.
El deseo expreso de Moreno de lograr la supervivencia política lo ha hecho entregarse, pactar con los enemigos del pueblo, queaún, sin una clara dirección y organización, estátomando tal fuerza que lo puede hacver depender de la represión de unas fuerzas armadas que le dicenque son fieles. Veremos.

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