ribbon

Latinoamérica y el Caribe: zona de paz

20 de enero de 2014

|

La II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños está a las puertas, y los adelantos sobre su realización confirman la importancia que tendrá la cita en La Habana para nuestro continente.

Así ocurre con el anuncio de que Cuba propondrá que la región sea declarada como zona de paz y libre de armas nucleares. De concretarse será un aporte tanto para nuestra geografía, como para la construcción de un nuevo orden mundial.

El vicecanciller cubano Abelardo Moreno significó que el apoyo de los jefes de Estado y de Gobierno será decisivo para que los conflictos se resuelvan a través del diálogo y las negociaciones.

Una declaración de esta índole será además un espaldarazo para las pláticas de paz que tienen lugar en la capital cubana entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).

Sobre todo porque estas negociaciones ocurren a la par del conflicto armado en la nación sudamericana, en particular por la pretensión del gobierno de forzar por las armas a la insurgencia a deponer su lucha.

Está claro que ambas partes han llegado a acuerdos que nunca antes se habían conseguido en el camino de la pacificación, y en particular de las garantías para que la oposición y los movimientos populares y sociales colombianos no sigan siendo el blanco de la represión, la impunidad judicial y el paramilitarismo.

También para que tengan lugar las transformaciones necesarias en el campo de ese país, donde han prevalecido los intereses de latifundistas y tenedores de la riqueza, en detrimento de millones de campesinos.

Al respecto la exsenadora Piedad Córdoba se mostró esperanzada de que las pláticas de paz en La Habana continúen por buen camino, a despecho de quienes le ponen zancadillas, léase el expresidente Álvaro Uribe.

Córdoba comentó que espera que el presidente Juan Manuel Santos le de pronto buenas noticias al país sobre las conversaciones con la guerrilla. Sus declaraciones tienen que ver con la reunión que Santos sostuvo con representantes de la izquierda de su país.

Según refirió, se habló también de la importancia de las garantías, tanto en el proceso de paz como en la vida política del país, para los movimientos sociales y grupos que han padecido durante años la exclusión.

En particular de la situación que está confrontando la organización Marcha Patriótica, muchos de cuyos líderes y activistas han sufrido amenazas y procesos judiciales que van en el sentido contrario a lo que se ha venido acordando en el Palacio de Convenciones de la capital cubana.

Córdoba detalló que, según registros, numerosos dirigentes fueron amenazados y unos 200 judicializados, entre ellos académicos, líderes populares y estudiantes. No podemos ser indiferentes al peligro que se cierne sobre nuestros compañeros y por eso pensamos, incluso, en una eventual disolución de Marcha, dijo la luchadora política y social.

Pero la declaración de Latinoamérica y el Caribe como zona de paz no solo tiene que ver con Colombia. Hay conflictos latentes en la región que se arrastran del pasado y podrían ser utilizados por fuerzas foráneas para descarrilar la construcción de la integración.

La justa reclamación boliviana frente a Chile para acceder a una salida al Pacífico, la controversia territorial Chile-Perú sobre la cual el Tribunal de la Haya se pronunciará en los próximos días, el diferendo Nicaragua-Costa Rica en el fronterizo río San Juan, el desconocimiento colombiano al reclamo de Nicaragua sobre aguas e islas en el Caribe, entre otros, precisan de un compromiso de paz.

 

Comentarios