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Las tragedias del mediterráneo

24 de abril de 2015

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Mucho se está hablando y escribiendo en estos días sobre las sucesivas tragedias que, en forma de naufragio, han ensombrecido el Mar Mediterráneo como consecuencia del ilegal e irresponsable tráfico humano mediante el que miles de miles de africanos, -ya sean del norte o de la más alejada región subsahariana,- intentan llegar a Europa, principalmente a los países con costas  mediterráneas que suponen más accesibles o de más corta travesía, sobre todo Italia pero también Malta, Chipre, España, Grecia o Francia.

En las semanas recientes ha correspondido a Italia prácticamente sola enfrentar los naufragios más espantosos, con casi 900 víctimas el domingo 21 y otras 450 el lunes, donde solo hubo poco más de 30 sobrevivientes.

Esta vez el que pidió auxilio fue el primer ministro italiano Matteo Renzi, quién no ocultó su disgusto ante la Unión Europea, que no acaba de encarar una estrategia eficaz y conjunta para frenar la catástrofe humanitaria. También la Alta Comisionada de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini (ex canciller del actual gobierno) ha reclamado con energía una mayor atención de la Unión de manera coordinada y urgente.

El comisionada de migraciones del gobierno francés fue aún más drástico y dijo que “Europa no está a la altura de lo que sucede”, recordando que la política de la UE al respecto es absurda, peligrosa, ineficaz y un fracaso moral, recordó Stéphane La Foll •No podemos dejar a Italia sola”, afirmó en entrevista televisiva.

Hasta la última semana, se informa que la guardia costera italiana había rescatado más de 10,000 personas, siempre en medio de difíciles condiciones y en embarcaciones precarias, lo cual hace imposible contabilizar con exactitud cuántos niños, mujeres y ancianos han perecido hasta el momento.

El gobierno italiano, por su parte, alega reajustes presupuestarios y destina actualmente a estas operaciones menos recursos que en los anteriores 2013 y 2914, mientras sus barcos de rescate no se alejan mucho ahora de las costas italianas, evitando internarse mar afuera.

En fin, son detalles donde se combinan lo humanitario con lo presupuestario y lo técnico, a los cuales la Unión Europea ha prometido buscar algún tipo de solución o limitación al menos paliativa tal como reclaman ya no pocos de sus estados miembros. Paradójico resulta que la UE, tan presumida y celosa en la defensa de los derechos humanos cuando se trata del Tercer Mundo, ahora se vea impotente y paralizada ante un tema que los afecta directamente,

Sin embargo, no faltan los analistas y observadores dentro de la propia Europa que apuntan como la verdadera causa de la tragedia desatada a la situación de crisis e ingobernabilidad desatada en ambos territorios del norte de Äfrica, del África subsahariana y que abarcan hasta el Medio Oriente. Más de un país se ha visto hoy en el caos, la miseria, la extrema pobreza generalizada y, sobre todo, la más completa desesperanza. ¿No serán los responsables de esos desastres los verdaderos causantes de las tragedias del Mediterráneo”

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