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Las secretas intenciones

11 de septiembre de 2014

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Tratemos de desmontar el Plan contenido en el discurso de Obama del 10 de septiembre de este 2014, víspera del 13 aniversario de los ataques a las Torres Gemelas, donde expuso una estrategia para derrotar —según el mandatario— al Estado Islámico de Irak (EI), que domina grandes ciudades y pueblos iraquíes y de Siria.
¿Qué propone Obama?
Principales puntos de la estrategia
•    Una campaña sistemática de bombardeos aéreos en contra de blancos de EI, tanto en Irak como en Siria.
•    Apoyo a las fuerzas rebeldes sirias que se oponen tanto al gobierno de Bashar al Asad como al EI.
•    Medidas dirigidas a eliminar el financiamiento que recibe el Estado Islámico y a contrarrestar el reclutamiento de combatientes por parte del grupo.
•    Asistencia humanitaria a civiles afectados por el avance de la organización.
Como vemos en el Punto uno, el mandatario norteamericano ha decidido bombardear territorio sirio, con la aclaración que el propio Obama hace de que “no consultaremos con el gobierno de Damasco”.
El Punto dos es tan ilegal como el primero, pero esta vez la estrategia es más directa y declara sin vergüenza alguna que “apoyará a las fuerzas rebeldes sirias que se oponen al gobierno de Bashar al Assad”.
¿Cómo puede creerse en una estrategia militar donde se desconozca la autoridad de un gobierno legítimo y se viole su territorio, ya sea para bombardearlo o para armar y financiar a grupos opositores que actúan como terroristas?
Obama quiere entrenar y armar a combatientes opositores sirios que se enfrentan tanto a milicianos del Estado Islámico como al régimen del presidente de ese país Bashar al Assad. Quiere que el Pentágono opere un programa de mayor escala. Arabia Saudí aceptó ser sede de los entrenamientos, según la AP.
Con la arrogancia de siempre, el mandatario recordó a su audiencia que su nación “se encuentra más fortalecida que nunca y el liderazgo internacional estadounidense es la constante en todas partes del mundo”.
Esa afirmación —que es la matriz de todos sus discursos— es como un “acompañamiento musical” a las nuevas aventuras bélicas.
Cuando todavía no había terminado su discurso, el poder mediático que lo acompaña ya tenía redactada la reacción de los llamados por él “rebeldes moderados sirios”, que “aprobaban con beneplácito el anuncio de Obama” y aclaraban que “estaban listos para aliarse con la comunidad internacional, no sólo para derrotar al Estado Islámico, sino también para acabar con el régimen de al Assad”.
Lo que habrá que esperar de esta nueva —nada nueva— estrategia norteamericana, será la reacción de la comunidad internacional ante un plan que decide la actuación militar en territorio sirio sin contar con su gobierno y que armará y financiará en mayor medida a los grupos terroristas que combaten al gobierno y al pueblo sirios.
Dijo Obama que presentará su Plan ante el Consejo de Seguridad, aunque no esperará por lo que decida éste y comenzará a bombardear a supuestos focos del EI en Siria.
Sin dudas, las secretas intenciones contenidas en la Estrategia de Obama para el Estado Islámico de Irak (EI) tiene un alto contenido injerencista respecto a Siria, país al que Washington se ha propuesto doblegar y vencer.

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