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Las Cumbres de Bruselas: balance y perspectivas

24 de julio de 2023

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Se han celebrado en Bruselas, capital belga, dos acontecimientos políticos internacionales de naturaleza muy diferente y por eso mismo, con resultados que claramente distinguen al uno del otro y permiten llegar a un balance por separado en cada uno de los casos y alcanzar, obviamente, diferentes perspectivas,
La tercera Cumbre oficial Unión Europea (UE) -Comunidad de Estados Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)- hace ocho años que no se celebraba entre otras razones, por el azote universal de la pandemia COVID-19 y sus espantosas consecuencias. El hecho de que pudiera finalmente tener lugar es no solo un logro político-diplomático sino también humanitario, si se tiene en cuenta que al cabo de tanto tiempo la situación sanitaria universal lo ha permitido así, no sin que mediaran dificultades, injusticias y desigualdades que caracterizan al mundo de hoy.
Un dato no poco relevante lo representa la consolidación y autoridad política ganada por la CELAC, como interlocutora válida y reconocida de los países latinoamericanos y caribeños, frente a la desprestigiada, anacrónica e inútil OEA de Almagro y los yanquis, cuya representatividad se hunde a fuerza de servilismo y dobleces. Distante aún de la perfección -tan difícil en política-, la CELAC se yergue y sobresale ya como una sólida convergencia de países unidos en la diversidad pero con objetivos fundamentales comunes que son capaces de hacerlos llegar a puntos de encuentro y respeto mutuo, donde cada pueblo tenga derecho a elegir y hacer respetar su modelo de sociedad libremente escogido.
Ese es el gran mérito y el logro de la CELAC en tan pocos años y que la hace ser reconocida y respetada por el conjunto de las ex metrópolis coloniales, como las que se reúnen dentro de la Unión Europea en la actualidad.
Será necesario, no obstante, seguir muy de cerca esta relación y dentro de ella los compromisos que los poderosos hacen y deben cumplir, en reciprocidad a un saqueo y explotación seculares.
En cuanto a la combativa y entusiasta Cumbre de los Pueblos, dígase que constituyó un ejemplo, pero en este caso de unidad, comprensión mutua, organicidad y amistad entre los cientos de organizaciones y países participantes -todos con iguales derechos y deberes-, donde resaltaron los constantes reclamos y manifestaciones de apoyo y defensa de Cuba, Venezuela, Nicaragua y otras causas justas de alcance mundial, como la de los palestinos y los saharuies.
Las organizaciones solidarias belgas, en su carácter de anfitrionas, jugaron un papel decisivo en cuanto a la organización, desarrollo y apoyo, quedando convocado un tribunal antimperialista contra el bloqueo a Cuba para el próximo mes de octubre en Bruselas.
Son balances y perspectivas que se entrecruzan como resultado de dos acontecimientos de muy distinto carácter, a los que América Latina y el Caribe llevaron y expusieron sus demandas más urgentes, sentidas y justas, de diferentes formas pero con un mismo contenido de emancipación con igualdad y respeto.

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