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La zaga de un escándalo

20 de noviembre de 2017

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A pesar de las reiteradas afirmaciones de no estar complicados en el ya famoso escándalo de la empresa brasileña Odebrecht, nuevas declaraciones del “padre de la criatura”, Marcelo, cuestionan y permiten todo tipo de especulaciones en naciones como Perú y Panamá a mediados de noviembre.

Marcelo Odebrecht  guarda prisión en su país, pero recientes declaraciones dadas a conocer por un medio brasileño vuelven a cuestionar al ex presidente peruano Alan García y Keiko Fujimori, política neoliberal que fue candidata a la presidencia en las últimas elecciones.

Según reportó Prensa Latina el 14 de noviembre, el portal de Internet de investigación periodística IDL-Reporteros coincide con la versión previa del diario El Comercio, negada rotundamente por Fujimori y su mayoría parlamentaria, de que Odebrecht confirmó que aportó dinero para la campaña fujimorista de 2011.
Además corroboró las estrechas relaciones entre la empresa y el ex presidente Alan García, y detalló que su empresa pagó honorarios por conferencias del exmandatario en Brasil, lo cual motiva desde hace tiempo sospechas de que, por el elevado monto pagado, se trataba de una modalidad de soborno encubierto. Incluso se han dado a conocer nuevos implicados en el escándalo, esta vez de Panamá.

La empresa brasileña ha admitido el pago de coimas a altos funcionarios del último gobierno de García y actualmente presos, vinculados al contrato con Odebrecht para la construcción del tren eléctrico de Lima, obra impulsada, priorizada y monitoreada por el exgobernante.

En las nuevas filtraciones también aparece como implicado el actual presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynskik, quien fuera consultor de la empresa brasileña antes de llegar al poder, sobre cuestiones tributarias, recibiendo sus honorarios  del presupuesto dedicado a “operaciones encubiertas”, como los sobornos.

Por su parte y ante tales acusaciones, el jefe de Estado se niega a que una comisión parlamentario anticorrupción lo interrogue directamente sobre su participación en aquel contrato y solo acepta responder por escrito. En fin, nadie reconoce su culpabilidad, las revelaciones cada cierto tiempo dan a conocer a más y más implicados en posiblemente el escándalo de corrupción más grande que ha estremecido los cimientos de varias sociedades latinoamericanas y en otras partes.

Tal como un buen culebrón, solo hay que esperar el próximo capítulo para conocer a nuevos personajes.

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