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La “última Cumbre”

18 de diciembre de 2017

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Se celebró este fin de semana en Bruselas la última Cumbre de la Unión Europea correspondiente a 2017.

No fueron momentos para brindar con champan ni celebrar un año que termina. Más bien fueron dos días de desilusión ante el clima sombrío de un Viejo Continente atrapado en una crisis migratoria como nunca antes y la salida de un país miembro –Inglaterra– de un mecanismo nacido con muchas aspiraciones pero hoy apresado en la incertidumbre.

Un llamado “sistema de cuotas obligatorias para recibir inmigrantes” ocupó el centro de los debates. La idea de imponer el reparto obligatorio de la carga de acogida ha demostrado ser fuente “de muchas divergencias” entre los 28 estados miembro, citan los despachos de prensa.

La fase más aguda de la crisis migratoria ya es historia: siguen llegando decenas de miles de personas por el Mediterráneo, pero lejos del millón que arribó en 2015. Sin embargo la cicatriz sigue ahí. La búsqueda de soluciones a ese problema desenterró este jueves las fracturas Norte-Sur y Este-Oeste en la cumbre europea, señalaba un reporte de prensa fechado en Bruselas.

Respecto a este tema, un despacho de la agencia de prensa IPS, señala que “los gobiernos europeos son cómplices de la tortura y el abuso a decenas de miles de refugiados y emigrantes detenidos por las autoridades migratorias de Libia en condiciones lamentables”, denunció Amnistía Internacional en el marco del gran malestar por la trata y el tráfico de personas en ese país.

En el informe “Oscura red de connivencia en Libia”, se detalla cómo los gobiernos europeos apoyan activamente este sistema complejo de atropello y extorsión de la Guardia Costera libia, las autoridades de los centros de detención y las redes criminales de trata para evitar que la gente cruce el Mediterráneo.

Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con sede en Ginebra, estima que hay un millón de personas detenidos en Libia y se dispuso rescatar a las primeras 15 000 víctimas mediante un plan de repatriación de emergencia, para lo cual organiza un puente aéreo y propone librar a otro tanto antes de fin de año.

La colaboración europea con las autoridades libias tiene tres enfoques: primero se comprometieron a ofrecer apoyo técnico y asistencia al Departamento para Combatir la Migración Ilegal, encargado de los centros de detención, donde se violan los derechos humanos de forma cotidiana y hasta se tortura.

Segundo, permitieron que la Guardia Costera de Libia interceptara personas en el mar y le ofrecieron capacitación, equipos, incluso barcos y asistencia técnica

Tercero, realizaron acuerdos con las autoridades libias y los líderes de tribus y grupos armados para alentarlos a frenar el tráfico de personas y aumentar los controles fronterizos en el sur del país.

El otro tema  que centró a los mandatarios asistentes a la última Cumbre de la Unión Europea en 2017, fue el llamado “Brexit” o salida de Gran Bretaña de la UE, considerado por la prensa como el primer divorcio en 60 años.

Para muchos analistas, la arquitectura europea reclama a gritos por reformas profundas, donde el equilibrio entre responsabilidad y solidaridad será clave.

Así termina un año donde se imponen respuestas a más de una interrogante que pueda enrumbar a la Unión Europea por un camino propio, sin olvidar que muchos de los problemas que enfrenta hoy tienen su origen en la situación económica y social en la que viven o mal viven más de mil millones de seres humanos.

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