ribbon

La soledad de los cómplices

25 de enero de 2021

|

 

En el transcurso de su funesto mandato de aventuras y fechorías, Donald Trump no estuvo solo. Le acompañaron algunos pocos cómplices, tan carentes de los mismos valores morales de los que adolece el defenestrado inquilino de la Casa Blanca, enviado a un retiro que puede ser eterno.

Ellos han quedado en la más absoluta soledad y desamparo a partir del mismo momento en que el extravagante, soberbio e ignorante magnate abandonó –contra su voluntad–, la llamada Oficina Oval para trasladarse al palacete floridano, desde donde ha anunciado amenazante que proseguirá su cruzada por reconquistar la presidencia de Estados Unidos en los próximos comicios.

¿Quiénes son esos cómplices que hoy lloran la ausencia de su adorado Donald mientras algunos hacen juegos malabares oportunistas tratando de acercarse a su sucesor? Pues son de semejante catadura, como Jair Bolsonaro, Benjamin Netanyahu, Iván Duque o Luis Almagro, que buscan desesperadamente seguir sujetos al Imperio por algún fleco, antes de que la nueva Administración los abandone y busque relevo.

Ellos lo saben bien porque lo han visto en diferentes ocasiones, cuando otros desgastados e inútiles han sido catapultados por el propio Imperio en busca de servidores más eficientes y mucho menos averiados cuando ha llegado la ocasión.

Cualquier variación en el rumbo, el ritmo o el tono de la recién instalada Administración puede significar para alguno de ellos una verdadera catástrofe y eso los aterra, pues ninguno está en un momento tan cómodo que le permita ganar tiempo y esperar con calma la decisión que pueda tocarle.

Ser más serviles y abyectos es prácticamente imposible pues ya han superado todas las barreras y no les queda más espacio para la entrega y la traición. No les queda más remedio que rogar el perdón de los nuevos administradores, intentar recibir la absolución y tratar de seguir montados al carro de la complicidad y la deshonra.

Comentarios