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La sede perfecta…

31 de octubre de 2019

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No ha transcurrido una semana de que en Miami, Estados Unidos, se celebrara una cita donde el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y algunos contrarrevolucionarios de origen cubano, se dieran las manos y batieran palmas de aprobación por las nuevas medidas adoptadas por la administración Trump contra Cuba.

Pero esa ciudad del sur de la Florida tiene una especie de imán especial para atraer a los peores exponentes de la región latinoamericana y hasta alguno que otro europeo de similar ralea.

La víspera, allí hubo otro encuentro, esta vez de algunos ex presidentes latinoamericanos, de esos que solo se les recuerda por su vago accionar durante la época en que fueron gobernantes y que ahora «viven» de esa política rancia, a sabiendas de que los anfitriones de Estados Unidos les pagan pasajes y viáticos por acudir a desbarrar contra los pueblos de la región y los gobiernos o movimientos progresistas existentes en ella.

La reunión de esta semana se tituló IV Diálogo Presidencial, y estuvo organizado por algo que dicen se llama Iniciativa Democrática de España y las Américas.

En la propia nominación hay un error garrafal, por cuanto no se trata de presidentes, sino de ex presidentes. Además, en relación con lo de Iniciativa Democrática de España, y de quien representó a la vieja metrópoli, sería mejor que revisen bien el término, por cuanto esa nación ibérica vive momentos complicados con su democracia, a tal grado que a varios meses de haber celebrado elecciones presidenciales, los diversos factores políticos no se han puesto de acuerdo para la nominación definitiva de un presidente de gobierno.

En la cita miamense se escucharon «razonamientos» como el del ex mandatario colombiano, Andrés Pastrana, quien acusó al mandatario venezolano, Nicolás Maduro, de «tener un programa desestabilizador en la región».

Por supuesto, ahora la «moda» de los bufones del gobierno de Estados Unidos es la de decir algo malo sobre Maduro.

De esa forma, otro participante en la fauna miamense, el ex mandatario ecuatoriano Jamil Mahuad, echó la culpa de las movilizaciones de protesta que ocurren en su país o en otros de la región donde se exige el fin de los gobiernos neoliberales, al actual mandatario venezolano.

Para que se tenga una idea de quiénes estaban allí sentados, además de Pastrana, de Colombia y Mahuad, de Ecuador, la lista la integran, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, que intervino mediante videoconferencia, y los exgobernantes José María Aznar y Felipe González (España), Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica), Vicente Fox (México), Jorge “Tuto” Quiroga (Bolivia) y Osvaldo Hurtado (Ecuador).

Todos son muy bien conocidos en los países de América Latina. Quizás unos con más «méritos» que otros, como el señor José María Aznar o Luis Almagro, los más odiados de los odiados por su genuflexión a Estados Unidos y su odio hacia los pueblos latinoamericanos.

Hubo discursos que, además de ridículos, evidenciaron cuan distanciados están estos señores de la realidad latinoamericana.

Por ejemplo, el ecuatoriano Mahuad subrayó que en el caso de su país las protestas fueron llevadas a cabo por «minorías violentas, activistas políticos y revolucionarios de profesión y no por el pueblo, y lo mismo pasó en Santiago de Chile».

Este señor no se ha enterado que en Chile por estos días, mientras ellos están reunidos en Miami, más de un millón 200 000 personas salieron a manifestarse en las calles, por lo mismo que lo hacen en Ecuador, en Brasil o en Argentina: contra las recetas neoliberales del Fondo Monetario Internacional y las políticas de shock aplicadas por presidentes como Sebastián Piñera, Mauricio Macri, Jair Bolsonaro y Lenín Moreno.

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