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La otra verdad en un paso fronterizo

7 de abril de 2021

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A cada acción desestabilizadora e injerencista de las que se producen a diario contra países latinoamericanos contrarios al sometimiento por parte de Estados Unidos, hay que buscarle su génesis, precisamente allí, en la política del imperio.

Sucede por estos días con los lamentables acontecimientos militares en el estado de Apures, en Venezuela, hacia donde Colombia ha enviado grupos armados para realizar acciones de penetración y las consecuencias ya muestran a decenas de muertos y heridos, terreno minado, casas quemadas, y miles de ciudadanos desplazados.

De acuerdo con despachos de prensa, Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la administración Baiden. conocido por su posición «dura» contra la nación bolivariana, está detrás de una posible acción militar de gran envergadura desde territorio colombiano contra Caracas.

El plan sería crear una situación similar a la de Yugoslavia, fragmentada y desestabilizada, y finalmente bombardeada por la aviación norteamericana y de la OTAN durante 78 días.

Se trata de la «otra verdad» o quizás la única verdad sobre lo que ocurre hoy en la frontera colombo-venezolana.

Son dos países de la Sudamérica actual. Dos territorios en los que el libertador Simón Bolívar se propuso hacer realidad el concepto de la Gran Colombia, viven hoy en medio de un fuego cruzado en sus fronteras, atizado por un gobierno en Bogotá, con dos avales muy importantes: cumplir lo que le mandan desde Estados Unidos y romper los Acuerdos de Paz alcanzados tras muchos años de negociaciones, con sede y garantía absoluta en la capital cubana.

Colombia, lamentablemente, se ha convertido en un espacio geopolítico, con una fuerte oligarquía aferrada al poder y un deterioro diario de su credibilidad por los asesinatos de ex guerrilleros, líderes sociales y comunitarios y campesinos, ocultos tras la incapacidad gubernamental, el contubernio con grupos paramilitares y cárteles de la droga, entre otros.

Se torna más bochornoso aún, cuando el gobierno de Iván Duque, incapaz de, al menos, enfrentar los problemas internos de su país, se erige como cerebro y jefe de toda la política establecida en el guión estadounidense de atacar a Venezuela, desestabilizarla  y tratar de derribar su legítimo gobierno.

Una frontera común de 2 219 kilómetros, muchas veces con lugares angostos y de difícil acceso, debiera ser el punto de unión entre dos pueblos, para el intercambio social, comercial y cultural, donde reine la armonía y las buenas relaciones

Pero esa realidad está mutilada por razones ajenas a la convivencia común, pues se usa ese espacio geográfico para introducir elementos armados, mercenarios y terroristas, a realizar sabotajes en la nación bolivariana e, incluso, para realizar magnicidios contra el presidente Maduro, entre otras acciones.

Sobre los últimos acontecimientos militares en el estado venezolano de Apure, el canciller Jorge Arreaza ha descrito: «Veamos: la FANB enfrenta y expulsa de Venezuela a grupos irregulares armados colombianos. Huyen a Colombia. Nadie los detiene o enfrenta allá. Bogotá manda tropas militares al sitio. No los persiguen, ni capturan. Movilizan tropas para protegerlos. ¡Alerta! Que nadie se engañe», advirtió.

Tras los sucesos que comenzaron el pasado 20 de marzo, cuando la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) se enfrentó a grupos armados colombianos que entraron de manera ilegal al país, el Ministerio de Defensa de Colombia dio la orden de enviar 2 000 soldados al lugar para reforzar el Escuadrón Adelantado de Observación Fronteriza.

El presidente venezolano Nicolás Maduro ha denunciado: «Quieren escalar un ataque poderoso a la unidad militar, una masacre contra nuestra Fuerza Armada (que genere) una respuesta contundente y comience entonces una confrontación directa entre las fuerzas militares de Colombia y las fuerzas de Venezuela».

«Estados Unidos da apoyo a estos grupos armados que entraron de manera ilegal a Venezuela. Estos son grupos (…) que coordinan una estrategia de la oligarquía colombiana y el Comando Sur [de EEUU] para traer la guerra en la frontera con Venezuela contra la Fuerzas Armada y el pueblo venezolano», afirmó el mandatario.

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