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La opinión ignorada de Ron Paul

7 de enero de 2015

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Posiblemente millones de personas en el mundo no sepan quién es Ron Paul o jamás hayan escuchado mencionar su nombre. Otras tendrán una vaga idea de que se trata de un político estadounidense que fue representante a la Cámara y que en 2008 fue candidato independiente a la presidencia de Estados Unidos.

Durante esa campaña presidencial logró romper en algunas ocasiones la barrera del silencio impuesta a los candidatos que no poseen millonarios recursos económicos y los medios no tuvieron otra alternativa que dar cabida a ciertos de sus planteamientos fuera de lo común, que lo convirtieron en un ave rara dentro de la fauna electoral de ese país.

Esta vez Ron Paul se sale nuevamente del libreto imperial al publicar un artículo que tituló “El Congreso de EEUU declara la guerra a Rusia” y que, como era de esperarse, no obtuvo la sonada repercusión que merecía en su momento, aunque semanas después ha logrado abrirse paso en sitios web, impresionados por su contenido de seriedad, racionalidad y valentía, alertando sobre los irresponsables impulsos de la Cámara de Representantes estadounidense, que pueden conducir al mundo a una catástrofe nuclear definitiva.

El artículo de Ron Paul encendió las alarmas sobre el verdadero significado e intención de la Resolución 758 de ese cuerpo legislador, que el pasado 4 de diciembre -sin mucho estrépito-, fue aprobado como una condena a “las acciones de la Federación Rusa bajo la presidencia de Vladimir Putin”, compuesta por 16 páginas acusatorias, sin ser acompañada de una sola prueba concreta ni una evidencia demostrable o comprobada.

Lo que aparentemente no sería más que una condena -señala Paul-, tiene otros peligrosos antecedentes y semejanzas como la llamada Ley sobre la Liberación de Irak en 1998, que ayudó a crear las condiciones de todo tipo para abrir el camino, más temprano que tarde, a la guerra de agresión contra Irak, facilitada por el ataque a las Torres Gemelas y las interpretaciones engañosas de W. Bush.

Aunque, obviamente, Rusia no es Irak, alarman a este político estadounidense las parecidas consideraciones -que resultaron mentiras flagrantes-, utilizadas entonces y ahora, teniendo en cuenta que esta vez, tanto las causas como las consecuencias, pudieran provocar el fin de la humanidad.

Sobre la terminología “ridícula y horrible” utilizada en el texto de la citada legislación, Paul afirma: “No es casual el uso de esa terminología: esa frase es la semilla envenenada introducida en ese proyecto de ley para justificar resoluciones aún más agresivas”.

La peligrosa legislación, que el autor apunta como “las pendientes resbalosas que conducen a la guerra”, tuvo solo 10 votos en contra, cinco demócratas y cinco republicanos.

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