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La lucha continúa

8 de marzo de 2018

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Durante los años de su lucha anticolonialista y por la independencia nacional, el pueblo angolano hizo suya la consigna lanzada por el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) que rebasó las fronteras nacionales y fue adoptada también y prolongada por otros pueblos en sus respectivos empeños emancipadores o de justicia social: “La lucha continúa, la victoria es cierta”.

Lo mismo pudiéramos proclamar hoy los latinoamericanos y caribeños, cuando observamos el panorama de nuestra región en estos tiempos y lo relacionamos con la XV Cumbre de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) que recién concluyó en Caracas.

Ese encuentro fue, esencialmente, un ejemplo de unidad, cohesión y solidaridad como reclaman los movimientos actuales y sus acuerdos fueron alcanzados a partir de principios irrenunciables llevados adelante con firmeza e inteligencia, como supieron hacerlo sus fundadores Fidel Castro y Hugo Chávez.

Ante las maniobras desesperadas y sucias del imperialismo norteamericano, recrudecidas tras la llegada a la Casa Blanca de la Administración Trump, la ALBA-TCP se alza como una realidad consolidada y actuante –mucho más que solo un proyecto– que busca su desarrollo en medio de la unidad y la cooperación de nuevo tipo, a la vez que es obstáculo para que el imperialismo y las oligarquías recuperen el dominio absoluto que convirtió a América Latina y el Caribe en el “patio trasero”, tantas veces mencionado y anhelado por quienes se consideran amos y señores de nuestros tierras.

El solo hecho de celebrar en la Venezuela rebelde y digna es muestra de que esta región no volverá ya a ser la misma y que lo ocurrido en los últimos 60 años –sin negar hazañas anteriores como la Revolución Mexicana o el heroísmo de Sandino– fue sembrando una semilla liberadora de diferentes formas y maneras que germinó en la América de hoy.

La Cumbre ALBA-TCP de Caracas, la participación de todos sus integrantes y los acuerdos allí alcanzados evidenciaron oportunamente que la lucha continúa, que es necesario perfeccionar métodos y estilos de trabajo sobre todo en lo económico y financiero, pero que el rumbo trazado es el correcto, siempre presidido por la unidad más efectiva, la solidaridad más justa y la igualdad entre todos.

La Cumbre de Caracas confirmó y mostró la vigencia del alegato histórico de José Martí en la Conferencia Internacional Americana de Washington en 1889-1890 cuando dijo: “Jamás hubo en América, de la independencia acá, asunto que requiera más sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni pida examen más claro y minucioso que el convite que los Estados Unidos potentes, repletos de productos invendibles y determinados a extender sus dominios en América, hacen a las naciones americanas de menos poder (…). De la tiranía de España supo salvarse la América española, y ahora después de ver con ojos judiciales los antecedentes, causas y factores del convite, urge decir, porque es la verdad, que ha llegado para la América española la hora de declarar su segunda independencia…”

La ALBA-TCP recoge y aplica en buena medida la declaración de esa segunda independencia de que nos hablara sabia y previsoramente el Apóstol de Cuba hace más de un siglo.

Junto a otros esfuerzos integradores contra el neoliberalismo, alianzas políticas y movimientos sociales queda claro que en América Latina y el Caribe la lucha continúa y la victoria será cierta. En Caracas acabamos de tener una prueba.

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