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La fuerza renovada del Sandinismo

10 de noviembre de 2016

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El arrollador triunfo electoral del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Nicaragua, encabezado por Daniel Ortega como líder indiscutido, mueve a diversas lecturas y diferentes reflexiones, acordes con el momento latinoamericano e incluso la coyuntura mundial en que tiene lugar: en plena Centroamérica, una región considerada como “patio trasero” dentro del vasto “patio trasero” que para el imperialismo estadunidense ha sido nuestra región.

No es posible olvidar la criminal guerra sucia desatada por Ronald Reagan contra la Revolución Popular Sandinista desde los primeros instantes de aquella victoria popular contra la tiranía de Anastasio Somoza, un viejo socio y cómplice de Washington, que lo encubrió, protegió y utilizó.

Tampoco podría olvidarse que el suelo nicaragüense fue varias veces ultrajado por la ocupación militar de los marines yanquis enfrentando entonces la resistencia heroica de Augusto César Sandino y su “pequeño ejército loco”, precursor e inspirador de las luchas del FSLN, contra Somoza primero y contra el neoliberalismo después.

Resulta significativo que sea ese pequeño país centroamericano, con antecedentes como los que hemos mencionado, donde se produzcan acontecimientos que van más allá de un simple resultado electoral y expresan el apoyo masivo del pueblo a un nuevo modelo de país que se yergue sobre el desastre neoliberal impuesto por Estados Unidos en la década del 90.

Desde hace mucho tiempo sabemos que no hay recetas y no hay dos casos iguales, sin embargo, el proceso de transformación social, económica, política y cultural emprendido por el FSLN desde su regreso al gobierno en el año 2006 puede convertirse en notable referente –en particular para sus vecinos centroamericanos– y es una contribución al caudal de experiencias que los países pequeños y sin grandes recursos naturales deben acumular para salir adelante sin entregar la soberanía.

Ha sido a nuestro juicio, una combinación acertada de firmeza estratégica con flexibilidad táctica, sin ceder en los principios originales que movieron desde su fundación las luchas heroicas del FSLNy a su numerosa pléyade de mártires gloriosos, tanto en la etapa antisomocista como frente a la guerra sucia contrarrevolucionaria de Reagan y la CIA.

El gobierno sandinista ha sido capaz de enfrentar con fuerza renovada y de manera simultánea los retos más urgentes de la sociedad nicaragüense. Ellos incluyen el crecimiento económico sostenido, la guerra contra la pobreza, el logro de la seguridad ciudadana, la atención priorizada a las mujeres y los jóvenes y el empleo adecuado y eficiente de la solidaridad y la cooperación internacionales, en especial del ALBA-TCP.

Las amenazas imperialistas contra Nicaragua de hoy no han cesado y posiblemente se recrudezcan ante la victoria del 6 de noviembre. Los legisladores de la mafia terrorista cubanoamericana urden desde Miami conjuras encaminadas a la asfixia económica y la agresión contra la Patria de Rubén Darío, Sandino y Carlos Fonseca Amador.

El pueblo nicaragüense acaba de reiterar una vez más, cual es su decisión y cual es su camino. Patria Libre o Morir no es un lema vacío.

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