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La derecha no pudo apoderarse de Ecuador

3 de abril de 2017

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Pataleo, amenaza y falsas acusaciones de fraude no han podido deslegitimar la justa victoria del candidato presidencial Lenin Moreno, de Alianza País, cuyo programa de gobierno no solo continúa la Revolución Ciudadana emprendida hace diez años por Rafael Correa, sino que aspira a mejorarla
El resultado favorable al pueblo en las elecciones de este domingo impidió el intento por apoderarse de Ecuador, perseguido por la derecha que representa Guillermo Lasso, quien, además de haber anunciado que lo separaría de la Unión Suramericana de Naciones (UNASUR) pretendía dar un golpe a la Alianza Bolivariana, ALBA – Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe, que busca concretar el socialismo para el siglo XXI.
Lenin ya había obtenido en primera vuelta que Alianza País lograra la mayoría parlamentara, lo cual va a ayudar sobremanera a implementar un programa que, de cumplirse, mejorará aún más la calidad de vida del ecuatoriano.
La cuestión se planteaba así: Revolución Ciudadana vs Neoliberalismo, que tenía como telón de fondo el avance de la ola derechista que dominó en Argentina y Brasil y controló la Asamblea Nacional venezolana.
Esta coyuntura puso sobre la mesa de la ciudadanía dos direcciones hacia el futuro: la que propone la continuidad de un proceso progresista de una década y la que plantea el nuevo Plan Cóndor financiado por el banco del candidato de la Alianza por el Cambio. Este es el “cambio” que busca la derecha en toda la región y que mira hacia ese pasado que destruyó a nuestros pueblos. No por nada a Lasso lo llaman el “Macri ecuatoriano”. Un epíteto más que acertado para definir al representante del establishment local.
El perfil neoliberal de Lasso tiene su relación directa con la crisis financiera -mejor conocida como “Feriado Bancario”- que sufriera el país el 8 de marzo de 1999 como presidente del Banco Guayaquil y que irónicamente ocuparía, cinco meses después de acontecido este hecho, el efímero cargo de “Superministro de Economía y Energía”, creado a la medida del empresario financiero. Un símbolo descarado de la impunidad que se vivía en los años 90.
Puesbien, a pesar de la campaña del odio, la invención de supuestos fraudes gubernamentales y el tratar de enturbiar la imagen del presidente Rafael Correa, su sucesor, Lenin Moreno, supo activar la memoria de los ecuatorianos que se acercaron a los centros de votación.
Cierto, nofue una victoria holgada, pero fue limpia, no importa la impugnación de la oposición reaccionaria.
La calidad hizo que la mayoría de los votantes afirmaran el triunfo de Lenin Moreno, birlado, a mi entender, por centésimas en la primera vuelta, lo cual hizo entrar a escena al banquero Lasso, quien recibió toda la ayuda imperial posible, principalmente de la Agencia Central de Inteligencia.
Así,recibe un nuevo impuso la continuidad de un proyecto político de integración regional, una cuestión clave en esta lucha contra la recolonización neoliberal que amenaza desde las urnas el destino de Nuestra América.

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