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La batalla de Ayacucho del siglo XXI

14 de agosto de 2017

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Efectivamente, la batalla de Ayacucho del siglo XXI está librándose alrededor del tema de la independencia y soberanía de Venezue4la, su autodeterminación y el derecho constitucional del gobierno bolivariano democráticamente elegido a cumplir el mandato que le fue fijado en los comicios correspondientes, a raíz del fallecimiento del presidente Hugo Chávez.

Para nadie es un secreto, sin embargo, que los antecedentes del momento actual se remontan a los orígenes mismos de la Revolución Bolivariana, llegada también al gobierno por vía electoral con un mandato que Chávez renovó sucesivamente por ratificación, plebiscito o nuevas elecciones presidenciales.

La limpieza y el orden constitucional del gobierno bolivariano, desde entonces, está fuera de toda duda, aun bajo los discutibles procedimientos de la Carta de la OEA y, por supuesto, dentro de lo establecido por la Carta de las Naciones Unidas.

Lo cierto es que Venezuela es un país demasiado importante para el imperialismo estadounidense como para “darse lujos de independencia y soberanía. Allí se encuentra la mayor reserva petrolera del mundo, con una industria petrolera moderna y altamente tecnificada, una cultura productiva para ese decisivo hidrocarburo y cercana a las costas de Estados Unidos.

A ella se le suman otras numerosas riquezas minerales, que incluyen el diamante y el oro y una extraordinaria riqueza acuífera en medio de extenso territorio con variedad de climas y geografía donde hoy se llevan a cabo los planes de diversificación encaminados a poner fin a la “esclavitud” petrolera.

Pero Venezuela tiene también para los pueblos de Nuestra América un inmensurable valor simbólico, que no puede ni podrá ser sustituido por nada ni por nadie: es la cuna de la libertad y del Libertados Simón Bolívar. De las tierras bolivarianas salieron los ejércitos libertadores que dieron la independencia de la metrópoli española a otros cinco países americanos.

Con toda razón el Consejo Político de la Alianza Bolivariana de los pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP) ha afirmado que en Venezuela se está dando hoy la batalla de Ayacucho del siglo XXI, pues estas son también jornadas decisivas no solo para el futuro de ese país sino para toda la región latinoamericana y caribeña.

Como en toda batalla, en este Ayacucho del siglo XXI ha habido algunos desertores e incluso traidores. Bolívar los enfrentó y luchó contra ellos para hacer realidad aquella primera independencia americana. Así lo hace actualmente el heroico pueblo venezolano, con firmeza y sabiduría.

La elección de la Asamblea Nacional Constituyente con facultades plenipotenciarias –según está previsto en la Carta Magna vigente de 1999– recibió más de ocho millones de votos, y resultó una opción sorprendente, inteligente y audaz, tal como lo reflejan la desesperación y el desconcierto por parte de los enemigos de la Revolución Bolivariana.

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