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La basura, el muro y Trump

28 de diciembre de 2018

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La foto me impresionó más que la noticia misma. Pensé que era unas de las esquinas de la Habana donde —por indisciplina o por falta de contenedores— se concentra basura, escombros, y otros objetos.
Pero, cómo iba a metabolizar yo, que la imagen, al igual que otras muchas que transitan por las agencias de noticias y las redes sociales, es de una avenida de Washington, la urbe que alberga al gobierno y otras instituciones fundamentales de los Estados Unidos, el país más desarrollado y rico del mundo, ahora inundado de basura.
E este fenómeno se ha añadido por estos días —y así se constata en decenas de gráficas— de muchos lugares, incluyendo el Capitolio norteamericano, donde predominan las palabras closed (cerrado) o stop, (pare), indicando que oficinas, teatros, parques, museos, entre otros, permanecen cerrados por falta de dinero y que está prohibido el acceso a esas áreas.
Se trata de un país que nunca ha sido bloqueado económica y financieramente, que imprime el dólar como divisa universal, y que hasta un muro para dividir naciones quiere construir ahora a un costo superior a los 5000 millones de dólares.
Ese país, por obra y gracia de la arrogancia de un presidente, que actúa más tiempo como magante que como mandatario, y que se empeña en no ceder en su decisión de no firmar nuevos créditos mientras en ese mismo presupuesto no le incluyan los 5 000 millones solicitados por él para levantar la barrera entre Estados Unidos y Médico, para no permitir más inmigrantes.
En medio de toda esta discusión magnate-legisladores, la basura inunda Washington y otro niño guatemalteco muere en territorio estadounidense luego de cruzar la frontera.
La última discusión sobre el presupuesto presentado por Trump ocurrió este jueves y concluyó sin que republicanos y demócratas cedieran a favor o en contra del pedido del mandatario.
Mientras, alrededor de 800 000 empleados federales no reciben salarios y partes no esenciales del gobierno no pueden funcionar.
Entre las afectaciones se cuentan el que la mayor parte del personal de los departamentos de Vivienda, Medio Ambiente, Educación y Comercio se han quedado en sus casas. De igual manera, aproximadamente la mitad de los trabajadores del Tesoro, Salud, Defensa y Transporte tampoco han acudido a sus labores.
De acuerdo con informaciones de prensa, la agencia de medición de riesgo Standard and Poor’s estima que el cierre de gobierno podría costarle a la economía estadounidense unos 6 500 millones de dólares por semana.
En igual sentido se plantea que las navidades y otras festividades de fin de año en Estados Unidos han quedado marchitadas debido al cierre de gobierno y la incertidumbre reinante con las afectaciones salariales y el no funcionamiento de importantes actividades.
Se agrega a todo esto, lo traumatizante que debe resultar para los estadounidenses, saber que viven en el país más rico del mundo y sin embargo la basura inunda sus ciudades porque no hay dinero para pagar a quienes deben recogerla.

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