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¡Justicia, caray!

23 de agosto de 2013

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Bradley Manning tiene 25 años de edad. Dentro de las fuerzas armadas de Estados Unidos apenas llegó a ser un soldado. Su destaque, sin embargo, parece más relacionado con su inteligencia o lo que él definió durante el juicio donde lo acaban de condenar a 35 años de prisión: mi único interés al filtrar documentos fue ayudar, motivado por el amor al país y el sentido del deber.
El joven, que llegó a pasar más de 700 000 documentos clasificados al portal WikiLeaks, se sabe cumplidor de ese deber para con la Patria, aunque ahora la llamada “justicia” de su nación, lo ponga tras las rejas donde pasará lo que le queda de juventud más su adultez.
Lo irónico de este y otros casos que desnudan a esa “justicia” es el hecho de que esa misma ley no juzga a mandatarios como George W. Bush, que ordenó guerras que se convirtieron en masacres en países lejanos como Iraq y Afganistán, o a Obama que calificó la contienda en tierra afgana como “su guerra” y que de los Drones ha hecho su modelo predilecto de armamento.
¿Fueron condenados los militares norteamericanos que torturaron y degradaron los derechos humanos de los prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib?
¿Recuerda la comunidad internacional aquellas fotos que recorrieron el mundo donde los soldados del Pentágono exhibían desnudos y en posiciones fetales a los indefensos prisioneros de los que nunca se supo su último destino?
¿A qué  penas fueron sentenciados los militares estadounidenses que posaron ante las cámaras cuando se orinaban sobre los cadáveres de muertos por ellos mismos en Afganistán?
¿Se conoce que se haya condenado a alguno de los uniformados de la prisión norteamericana en la ilegal base de Guantánamo, donde han torturado con las más sofisticadas técnicas a decenas de reos llevados allí por la sola duda respecto a su religión musulmana y sus facciones árabes?
Cuando uno de los tantos aviones sin piloto –Drones- ametralla y mata a  civiles, incluyendo niños y mujeres, en Paquistán, Yemen u otro país, ¿se condena a quienes ordenaron el ataque desde miles de kilómetros o a quienes usan y defienden esos ataques porque con ellos el Pentágono no sufre bajas en sus tropas?
El joven Bradley Manning ha sido la especie de chivo expiatorio necesario para Estados Unidos, más ahora que se comprueba su afán por espiar al mundo —aliados y no aliados— en nombre de una lucha contra el terrorismo que está convirtiendo a la humanidad toda en reo de verdaderos actos terroristas como los que comete, financia o apoya Washington en países como Iraq, Afganistán, Libia, Siria y otros.
¡Justicia, caray, cuantas acciones se cometen en tu nombre y cuantas personas, norteamericanas o no han sufrido o sufren de su mediatizada aplicación.

 

 

 

 

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