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Juntera nazi-sionista

5 de mayo de 2022

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Muchas veces se ha orientado, y a veces no se sigue, que padres y maestros deben siempre estar atentos con quienes conviven sus hijos o alumnos, para evitar que ocurra algún mal. Pero es difícil impedir que esto no suceda cuando se juntan nazis y sionistas.
Así ha sucedido en esta operación militar a la que Rusia se vio obligada a emprender en Ucrania, donde mercenarios israelíes actúan hombro con hombro con nazis del Batallón Azov y otras agrupaciones similares que se han cebado en asesinar a gente inocente en los territorios declarados como republicas independientes en el Donbass y en zonas limítrofes rusas.
Han gozado del apoyo de todo tipo de Estados Unidos y su servil Organización del Tratado del Atlántico Norte, y ahora se especula que recibieron entrenamiento en Alemania, convertida en la sede principal del manejo por soldados ucranianos de las modernas armas que reciben abundantemente del Imperio.
Lo cierto es que las primeras revelaciones de este maridaje entre nazis y sionistas provinieron de medios occidentales como la alemana Deutsche Welle (DW) y la norteamericana Microsoft News (MSN), sin que se produjera reacción alguna de las autoridades de Tel Aviv, las cuales se habían quejado de que el presidente ruso, Vladimir Putin, indicara que Adolfo Hitler, verdugo y asesino de millones de judíos, llevaba sangre de esa etnia, aunque, en realidad, quien hizo inicialmente ese señalamiento fue el canciller Sergéi Lavrov.
En este contexto, la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, comentó que ni las autoridades sionistas ni alemanas, ni norteamericanas han querido referirse sobre el particular, al tiempo que señalaba que combatientes nazis e israelíes están impidiendo la evacuación de civiles de la instalación que aún controlan en Mariúpol, donde han muerto centenares, quizás miles, de residentes utilizados como escudos humanos.

 

DESNAZIFICACIÓN

 
Uno de los principales objetivos de la operación militar especial de Rusia en Ucrania es la desnazificación de ese país en el cual la ideología del régimen gobernante se basa en la xenofobia, el nacionalismo ultraderechista y la glorificación de los colaboradores locales de Hitler. Sin resolver este problema ya no es posible garantizar la seguridad de los habitantes del Donbass, ni de la propia Rusia.
Después del colapso de la URSS en 1991 las organizaciones nacionalistas y neonazis comenzaron a ganar rápidamente popularidad en Ucrania. Las autoridades cultivaron esos sentimientos en la sociedad utilizando radicales en la lucha política interna. Al final, fueron los nacionalistas quienes sirvieron como el principal ariete contra las autoridades constitucionales durante el golpe de Estado en Kiev del 2014.
Tras el cambio de gobierno, el revisionismo histórico se volvió decisivo para la política oficial de Ucrania. El país comenzó a votar anualmente en contra de la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la lucha contra la glorificación del nazismo, el neonazismo y la xenofobia. Las últimas restricciones para los radicales desaparecieron, lo que provocó un rápido crecimiento en el número de sus organizaciones.
El movimiento nacionalista Organización de Nacionalistas Ucranianos – Ejército Insurgente Ucraniano (OUN-UPA en ucraniano) y sus líderes Stephan Bandera y Román Shukhevych, quienes habían colaborado durante la Segunda Guerra Mundial con la Alemania nazi, obtuvieron un estatus legal de combatientes del movimiento de liberación nacional. Los castigadores de los batallones Nachtigall, Roland y Legión Sushko, la Division SS Galizische y el regimiento Brandenburgo formados por los nazis de los combatientes de la OUN-UPA, se convirtieron en héroes nacionales, a pesar de que ellos, junto con los nazis, habían masacrado a más de cinco millones de personas, la mayoría de ellas civiles.
Miles de calles, plazas, ciudades y pueblos fueron renombrados en honor a los colaboracionistas nazis. El Ministerio de Cultura y Política de Información de Ucrania ha adquirido literatura para bibliotecas públicas que omite toda referencia a los crímenes cometidos por militantes ucranianos contra la humanidad y el Holocausto. Las monedas del aniversario y los sellos de correos que promueven la ideología de la exclusividad nacional se emitieron con fondos públicos. Estas medidas contradicen directamente las disposiciones de la Constitución de Ucrania, que garantiza la igualdad de todos los ciudadanos, independientemente de sus opiniones políticas, lo que ha dividido y desmoralizado a la sociedad.
En el país se creó un sistema basado en la rusofobia militante, el nacionalismo y la xenofobia. El Ministerio de Educación y Ciencia de Ucrania ha incluido en los planes de estudio de las escuelas y universidades literatura pertinente, “lecciones patrióticas”, campamentos de verano para niños y jóvenes, juegos de campo con la participación de veteranos y activistas de ultraderecha. A nivel estatal, se apoya la organización scout Plasta, un análogo de la infame Juventudes Hitlerianas, en la que se formaron los líderes de los nacionalistas ucranianos del siglo pasado.

 

HIPERNAZIFICACIÓN

 
Más de una docena de estructuras neonazis se han incorporado al ejército y a las estructuras de seguridad de Ucrania. Estas incluyen los partidos de ultraderecha Libertad y Sector de Derecha, las organizaciones Trizub, Asamblea Nacional de Ucrania – Autodefensa del Pueblo Ucraniano (UNA-UNSO), Cárpatos Sich, C14, Fraikorp, Cuerpo Nacional, «Tradición y Orden», etc. El más famoso de ellos es el Regimiento de la Guardia Nacional Azov, conocido por sus atrocidades contra los habitantes civiles del Donbass. Muchos cadetes de las escuelas militares de Ucrania, incluyendo la Academia Nacional de Lviv de las Fuerzas Terrestres del ejército, forman parte de la organización ultraderechista Centuria.
Todas las organizaciones nacionalistas ucranianas, sin excepción, honran a los colaboradores nazis. Se celebra anualmente sus procesiones conjuntas de antorchas con motivo del cumpleaños de Stepan Bandera. Uno de los episodios de tal manifestación fue la ceremonia fúnebre en junio del 2021 del exsoldado de la División SS Galizische, Orest Vaskula, en la que participó el Regimiento Presidencial.
Occidente conoce todos estos hechos. Esto fue manifestado, en particular, por un grupo de senadores franceses que presenciaron personalmente la actividad de los radicales ucranianos y la venta de símbolos nazis en el centro de Kiev en el verano del 2021. Muchos periodistas de países occidentales advirtieron de lo mismo, señalando que Ucrania se ha convertido para la extrema derecha en lo que Siria era para ISIS.
Los seguidores de los criminales de guerra condenados por el Tribunal de Núremberg llevan ocho años persiguiendo y matando a activistas rusos, judíos, húngaros, gitanos y polacos en Ucrania, como también a periodistas de la oposición. Los extremistas han presionado a las autoridades para que derriben los monumentos a los soldados antifascistas.
Participando en batallas contra el Ejército de Rusia, estos castigadores no permiten a la población civil abandonar las zonas de operaciones militares y, siguiendo la práctica de los terroristas, la utilizan cínicamente como escudo humano.

 

NO ES DEMASIADO TARDE

 
Mientras Estados Unidos y Ucrania se erigen como los principales opositores a que se condene la glorificación del nazismo, Rusia enfrenta las consecuencias adversas propugnadas por el imperialismo para luchar, como en el siglo XX, contra la plaga mundial del nazismo en su forma moderna, salvando al pueblo multiétnico y fraternal de Ucrania de una ideología misantrópica.
Hace setenta y siete años el nazismo y su doctrina ya fueron aplastados con la contribución decisiva de los pueblos de la Unión Soviética, por lo cual las tareas del gobierno ruso es desmilitarizar y desnazificar Ucrania.
Los seguidores de la extrema derecha y la ideología nazi, prófugos de la justicia, no importa que pasaportes tengan, buscarán la salvación en los países que apoyan al régimen actual en Kiev. ¿Cómo se utilizarán en el futuro las “habilidades” de los nazis ucranianos y varios miles de extremistas de 35 países que han recibido experiencia de combate en Ucrania? Es algo en lo que hay que pensar. No es demasiado tarde.

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