Jugar con fuego

18 de marzo de 2023

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Gustavo Robreño

 

Es una verdad reconocida por todo el que esté en su sano juicio que “jugar con fuego” es altamente peligroso y abundan las posibilidades de quemarse para quienes lo practiquen, sobre todo para quienes lo hagan de manera reiterada. Esta vez nos referiremos no a una persona determinada, sino al actual gobierno imperialista de Estados Unidos, que lleva a cabo irresponsablemente y de forma global una política de “jugar con fuego”, de la cual supone sacar ventajas y favorecer así sus intereses de dominación y saqueo, recuperando el terreno perdido en los últimos tiempos.

Ese camino imperial puede conducir a la humanidad a consecuencias catastróficas, no solo para quienes lo practican sino también para cientos de millones de víctimas inocentes que se verían involucradas por semejante hecatombe.

Ya sea en Europa o en Asia-Pacífico, la ceguera imperial de las autoridades estadounidenses parece encaminada a crear tal clase de situaciones límite dentro de las cuales sea imposible evitar la tragedia por parte de las organizaciones, gobierno o personalidades que actúen movidas por la buena voluntad, la sinceridad o la generosidad que los impulsen, independientemente de su signo político, interés económico o creencia de cualquier tipo.

Tal estallido pudiera fatalmente producirse tras incidentes como el recientemente ocurrido sobre el Mar Negro, en las cercanías de las fronteras rusas de Crimea, cuando un avión no tripulado tipo “dron” en funciones de espionaje, perteneciente a la fuerza aérea de Estados Unidos, se impactó contra un caza Sujoi de la aviación rusa que patrullaba aquellos cielos cercanos a sus límites territoriales.

Acercarse a las fronteras territoriales de cualquier estado extranjero sin fines previamente declarados y aceptados por la contraparte de que se trate, supone una violación flagrante de la ley internacional por todos aceptada y arriesga una legítima reacción defensiva de cualquier carácter. Es un principio inviolable recogido en letra y espíritu por la Carta de Naciones Unidas y demás documentos relacionados con el tema.

En hechos como este debería fijar su atención la titulada “Corte Penal Internacional” y no en chistes de mal gusto y procedimientos ilegales y ridículos como la “orden de arresto” lanzada contra el presidente ruso Vladimir Putin, que ha cubierto de desprestigio y sorna a la ya desmoralizada “Corte”, anunciando de este modo cuál es el lugar que ha escogido en vez de hacerlo junto a la verdadera justicia, la neutralidad y la paz a la que deben contribuir.

Es también otro modo de “jugar con fuego”.