ribbon

Irresponsable y peligroso

23 de junio de 2021

|

 

Brasil arribó este miércoles 23 de junio a los 18 millones de personas contagiadas con el nuevo coronavirus, causante de la muerte de más de medio millón de personas en el gigante suramericano, al tiempo que infinidad de voces se unieron para señalar como principal responsable de la tragedia al presidente Jair Bolsonaro.

Este, inmutable, volvió a esgrimir soeces epítetos contra sus detractores, que son muchos, calificándolos de poco hombre ante una enfermedad que no conoce fronteras y que con su actitud ha empeorado aún más.

La retórica de Bolsonaro ante la COVID-19 hace recordar que los mismos términos fueron usados al principio por uno de sus inspiradores, quizás el principal, Donald Trump, con la particularidad de que el hoy ex presidente norteamericano es un individuo de talento, comunicador y astuto, con una inteligencia al servicio del mal, pero inteligencia al fin.

Bolsonaro maneja una retórica irresponsable y peligrosa que le sirvió para escalar hasta la presidencia, contando, por supuesto, con unos medios tergiversadores al servicio de la oligarquía y el imperialismo.

Cuenta el cronista Gedeón Rachan que en una visita a Brasil tuvo una conversación con una destacada financiera sobre los paralelismos entre Donald Trump y Jair Bolsonaro. “Son muy similares”, dijo, antes de agregar: “Pero Bolsonaro es mucho más tonto”.

Esta respuesta le sorprendió, ya que el entonces presidente de Estados Unidos no era considerado como una persona de intelecto imponente. Pero su amiga banquera insistió: “Trump dirigió un negocio importante. Bolsonaro nunca logró estar por encima de capitán del ejército”.

La pandemia hace recordar esa observación. El presidente de Brasil adoptó un enfoque sorprendentemente similar al de Trump.  Ambos se obsesionaron con las propiedades supuestamente curativas del medicamento antipalúdico hidroxicloroquina. Pero mientras Trump simplemente lo tomó el mismo, Bolsonaro obligó al Ministerio de Salud de Brasil a emitir nuevas directrices, recomendando el medicamento para pacientes con COVID-19.

Trump discutió con sus asesores científicos. Bolsonaro despidió a un ministro de Salud y provocó la renuncia de su reemplazo. Trump expresó su simpatía por los manifestantes contra el confinamiento; Bolsonaro hace discursos durante sus manifestaciones.

 

UN ALTO PRECIO

Lamentablemente, Brasil ya paga un alto precio por la irresponsabilidad de su presidente, y las cosas empeoran rápidamente. El coronavirus llegó a esa nación relativamente tarde, pero el país tiene la tasa de infección más alta del mundo y la segunda más alta de muertes, luego de Estados Unidos.

La composición económica y social de Brasil hace que el país se vea gravemente afectado a medida que la pandemia se acelera. El sistema hospitalario de Sao Paulo, la ciudad más grande de Brasil, ya está colapsado y ello ocurre en muchas partes de la nación, con lugares abandonados a una suerte que empeora con Bolsonaro.

Sus rivales políticos lo acusan razonablemente de ser culpable del genocidio en que ha envuelto a Brasil, mientras trata de mantener la presidencia en la elección del próximo año, confiando en que volverá contar con lo peor que se mueve en las altas esferas, porque en las de abajo su impopularidad sigue creciendo.

Comentarios