ribbon

Iraq en dos dimensiones

1 de octubre de 2018

|

 

Este domingo el llamado Kurdistán iraquí celebró elecciones legislativas, con más expectativas que resultados para quienes  se oponen a la soberanía de ese territorio o los que abogan por una zona gobernada totalmente por los kurdos.

En medio del debate está el territorio de la provincia petrolera de Kirkuk –cuyos ingresos por el crudo son vitales para financiar el sueño de un Estado– donde prevalece la idea de la fractura entre los dos clanes en el poder.

Tras el referendo del pasado año, no sólo se disipó la ilusión de un Estado propio, sino que, además, la región ha perdido el control sobre la exportación de sus 550 000 barriles de petróleo diarios, y obtiene solamente cerca del 12% del presupuesto federal iraquí (en torno a 1 000 millones de dólares).

Reportes de BBC Mundo señalan que el Kurdistán iraquí, que agrupa a tres provincias, es autónomo desde 1991, pero ahora está obligado a renegociar con el poder central de Bagdad, que puso fin el año pasado a las veleidades de independencia de la región.

Esto que comento, lo he llamado una primera dimensión de la realidad actual en Iraq.

Pero para nada puede olvidarse que esa nación árabe ha transcurrido en los últimos 17 años, en medio de una cruenta guerra, invasión y ocupación por parte de las fuerzas militares norteamericanas y de la OTAN; la expropiación de sus recursos básicos como el petróleo y la desestabilización total del país.

Iraq, por si mismo, era una nación con altos índices de protección social, trabajo, salud y educación subían sus indicadores y los históricos conflictos inter étnicos se fueron solventando por medio del diálogo y el ajuste de los mecanismos de poder.

En este punto se inserta el tema de la población kurda que cohabita en varias provincias iraquíes.

Recordemos el diabólico invento del presidente estadounidense George W. Bush, que tras los atentados a las Torres Gemelas en Nueva York, decretó una guerra total contra todo lo que tuviera facciones árabes en este mundo.

Sobre Irak, Bush y sus principales asesores militares, usaron la más cruel de las mentiras, cuando aseguraron que esa nación poseía armas de destrucción masiva. Un mes después de lanzada la invasión y ocupación del país, el propio presidente reconocía que todo era mentira y que los informes de la CIA no eran ciertos. Pero ya habían fallecido casi un millón de iraquíes y el país, incluyendo sus sitios históricos protegidos como patrimonio de la humanidad, estaban destruidos.

El Pentágono, además de los medios de guerra más modernos, trasladó hacia Iraq a más de 20 000 militares norteamericanos. Luego se apoyó en compañías de Estados Unidos para que se hicieran cargo de los yacimientos petrolíferos y, con otro pretexto y otra mentira, llenó a Iraq de mercenarios tras la fachada de cuerpos de seguridad y asesores.

Hoy, en Iraq aún hay desplegados más de 6 000 militares norteamericanos y la nación está más desestabilizada gubernamentalmente y las facciones rivales siguen apostando por el enfrentamiento, esta vez con el añadido de estar luchando contra la presencia extranjera en el país.

Este fin de semana, cuando la zona del Kurdistán iraquí celebró sus elecciones parlamentarias, el jefe del Departamento de Estado norteamericano, Mike Pompeo, ordenó la evacuación de su personal, debido a lo que llamó “aumento de amenazas”.

Y para no perder la costumbre y la oportunidad, el alto funcionario de la administración Trump, culpó a Irán de cualquier posible atentado contra los diplomáticos de su país.

Pompeo, con su arrogancia al estilo del magnante presidente, dijo: “Le he advertido al Gobierno de Irán que EE.UU. le hará directamente responsable de cualquier daño que sufran estadounidenses o nuestras instalaciones diplomáticas en Irak, o en cualquier otro lugar, perpetradas por las Fuerzas iraníes u otras vinculadas a ellas”.

Los iraníes, que nada tienen que ver con el tema de los kurdos en Iraq y que se oponen a la presencia militar foránea en la nación árabe, volvieron a ser alcanzados por las lanzas provocativas de los mismos que han puesto al mundo al borde de una conflagración de impredecibles consecuencias y que rompieron con el Acuerdo Nuclear  logrado por las potencias occidentales y los propios Estados Unidos con Teherán, que se había convertido en uno de los pasos más esperanzadores para alcanzar la paz en esa región y el mundo.

Comentarios