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Involución…

9 de marzo de 2015

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Cuidar el patrimonio, conservarlo, estudiarlo y protegerlo de todo elemento depredador, seguro que tiene que ser parte importante de la conducta de cualquier país, practique la religión que sea y esté regido por uno otro sistema político y social.
El patrimonio de una nación es, en mi opinión, la garantía del futuro, del conocimiento que puedan tener las nuevas generaciones en cuanto a quiénes somos y de dónde venimos.
Por tal motivo me indigna tanto lo que veo y leo sobre lo que pasa actualmente en varias ciudades iraquíes consideradas, por su tesoro cultural e histórico, como Patrimonio de la Humanidad.
Hasta allí han llegado los bárbaros del terror y, ya sea con tractores, con hachas, taladros u otros instrumentos, destruyen un museo de Mosul, o acaban con la herencia de la milenaria ciudad de Nimrud.
Son los denominados militantes del Estado Islámico, organización terrorista que ocupa y masacra a poblaciones iraquíes y sirias, y usan con un extraordinario dominio las tecnologías de la comunicación, para filmar sus actuaciones —sean acabando con obras patrimoniales o decapitando a seres humanos—, que luego divulgan ante el mundo como si nada estuviera pasando.
Los conocidos toros alados asirios son destruidos con taladros, con tal nivel de ensañamiento que revela la verdadera expresión de barbarie tras las máscaras pasamontañas que cubren las caras de esos terroristas.
Afirma la BBC Mundo que la ciudad de Nimrud, cuyos tesoros artísticos y arqueológicos están hoy bajo la picota del autodenominado Estado Islámico, fue el corazón del primer gran imperio de la historia de la humanidad.
La ciudad, conocida como Calah en el Antiguo Testamento, fue fundada en el siglo XIII antes de Cristo.
Por más de siglo y medio Nimrud fue la capital política y cultural del mesopotámico imperio Neo-Asirio, cuya influencia se extendía por lo que hoy representa Irak, Siria, Turquía y Egipto.
“Están borrando nuestra historia”, dice la arqueóloga iraquí Lamia al Gailani, citada en el propio despacho de prensa.
“Había estatuas, paredes y castillos que han sido destruidos completamente por el Estado Islámico, refieren pobladores entrevistados; mientras que algunos habitantes de la ciudad de Nimrud comentaron a la agencia inglesa Reuters que “los integrantes de llamado Estado Islámico saquearon los objetos de valor y luego comenzaron a destruir el lugar hasta no dejar piedra sobre piedra”.
En el proceso involutivo que vive Irak con la presencia y ocupación de varias de sus ciudades por el EI, vale recordar que Mosul, la segunda ciudad más grande del país está bajo el control de ese grupo terrorista. En la región existen 1 800 de los 12 000 sitios arqueológicos registrados en esa nación árabe.
El gobernador de Kirkuk, Najmadil Karim, además de calificar lo que ocurre con la destrucción del patrimonio del país como “ejemplo de barbarie”, definió que la misión del EI es “matar y destruir. Lo que ocurre en Nimrud es básicamente la destrucción de una civilización, de la historia particularmente relacionada con los asirios”.

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