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Involución

18 de diciembre de 2018

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Las noticias provenientes de Siria, Irak, Yemen, Libia, Afganistán y otros sitios de una geografía rica en recursos minerales y pobre en conservación de la vida, reportan al mundo cada día de los ataques terroristas o los de la llamada coalición que preside Estados Unidos, que con sus bombas lanzadas desde aviones, masacra familias completas, arrasa con hospitales y escuelas y destruye el patrimonio.

Y no se trata de un patrimonio local, sino universal, con valores únicos, representativos de una cultura milenaria, con construcciones variadas donde se refleja la diversidad cultural, religiosa, tribal, entre otras.

Una conclusión puede definir lo que ocurre: se trata de una involución de todos los valores del ser humano, sean de una u otra familia, confiesen una u otra religión, pero, generalmente, apoderados de un pensamiento extremo, exclusivista, que los identifica más que como seres humanos, como la antítesis de la vida, de la cultura, del valor.

Trataré, de manera resumida, referirme a los más significativos monumentos, parte del patrimonio universal, destruidos por esa jauría extremista y terrorista que se autodenomina Estado Islámico (EI).

Aparecen reportes de prensa de 2014 en que en un verdadero ejercicio de “limpieza cultural” el EI destruyó en Irak la mezquita Al-Qubba Husseiniya en Mosul, la mezquita Jawad Husseiniya, el santuario Saad bin Aqil Husseiniya en Tal Afar, el santuario sunita Ahmed al-Rifai, la tumba en el distrito de Mahlabiya y la llamada Tumba de la Chica (Qabr al-Bint) en Mosul.

Igual suerte corrieron las tumbas del profeta Daniel, en Mosul y la tumba y mezquita del profeta Jonás; así como la tumba del profeta Jirjis (San Jorge).

El 21 de septiembre de 2014, Estado Islámico hizo explotar el Memorial del Genocidio armenio en Deir ez-Zor, Siria.

En marzo de 2015, el EI también destruyó con mandarrias y excavadoras los santuarios sufíes cerca de Trípoli (Libia).

En julio de 2015, la misma organización terrorista hizo explotar otra iglesia en Mosul, la cual presuntamente tenía «miles de años» de antigüedad. Según fuentes kurdas, cuatro niños murieron cuando ocurrió la explosión.

En la ciudad siria de Ar-Raqqah, el grupo extremista destruyó una colosal antigua puerta asiria con esculturas de un león, que databa del siglo VIII a. C. En el propio país, en 2015, comenzó la demolición de Nimrud, una ciudad asiria construida en el siglo XIII a. C. El palacio local fue derribado.

Las arremetida terrorista contra el patrimonio sirio continuó con la destrucción del Templo de Baalshamin; la demolición de la antigua estatua del León de Al-lat y finalmente fue dinamitado el Arco del Triunfo, todos en la ciudad de Palmira.

Estos hechos son solo ejemplos que muestran una involución, en personas carentes de razón, que no solo matan y mutilan a seres humanos indefensos, sino que arremeten contra la cultura, el patrimonio milenario, contra los orígenes de la existencia de la humanidad.

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