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Involución…

23 de agosto de 2016

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Las agencias internacionales de prensa destacaban en sus despachos que un niño kamikaze se había envuelto en explosivos y se había hecho estallar ante cientos de personas que asistían a una boda, al sur de Turquía.
Por supuesto, tras el hecho que en sus primeros momentos dejaba 51 muertos y 69 heridos, de estos últimos 17 en estado crítico, se impone una reflexión buscando alguna pista que pueda explicar a la humanidad, el porqué de tanta irracionalidad.
¿Cómo es posible que se pueda involucrar a un niño de unos 12 años en semejante locura, que recuerda los peores momentos de la barbarie, como si el transcurso de muchos siglos no hubiese permitido que el raciocinio se imponga ante la mutilación de nuestra especie?
Será que se está produciendo una involución del ser humano, de su pensamiento y de sus sentimientos. O es que la modernidad no deja opción para el extremismo que no sea la de semejantes actos.
La zona donde se produjo el atentado, Gaziantep, habitada en su mayoría por familias kurdas, se encuentra a 64 kilómetros de la frontera con Siria.
Células locales del grupo terrorista Estado Islámico, tienen el control de varios territorios desde allí hasta la ciudad siria de Alepo, donde se producen grandes enfrentamientos entre fuerzas militares sirias y miembros del Estado Islámico.
Alepo es otra expresión más de la involución o degeneración humana que prevalece en aquella región del Oriente Medio. Es la mayor ciudad de Siria y capital de la provincia homónima. Tiene una población de unos 2 132 100 habitantes. Es una de las más antiguas de la región. Situada al noroeste del país, se encuentra en una posición estratégica a mitad de camino en la ruta comercial que une la costa mediterránea y el Éufrates.
Hasta hace no demasiado tiempo, Alepo –con más de 1800 años de historia– era la urbe más poblada y próspera de Siria.
Su ‘Ciudad Vieja’ fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en 1986, en reconocimiento a sus espectaculares monumentos: la gran mezquita del siglo XII, la ciudadela del siglo XIII y sus madrazas, palacios, caravasares y baños de vapor (hammam) del siglo XVII. Todas esas joyas son hoy un montón de escombros, según reportes de diversas agencias como Reuters y Al Manar.
La destrucción de este inmenso patrimonio internacional, es otro ejemplo de la barbarie que se está imponiendo en esa zona por parte de los grupos terroristas, algunos de ellos todavía financiados y armados por Estados Unidos y algunas monarquías del Golfo.
Los propios despachos de prensa advierten que las tropas sirias están derrotando al Estados Islámico en Alepo, y que combatientes kurdos también se enfrentan a los terroristas, lo que hace indicar que el atentado del niño kamikaze en una zona turca de habitantes kurdos es una advertencia de los terroristas a quienes los combaten y expulsan de la vecina Siria.
En esta última jornada, el ejército sirio entró en la Academia Militar de la ciudad de Alepo, que estaba controlado por el Grupo Islámico, según el portal Al-Masdar News.
Hechos como la inmolación de un niño convertido en kamikaze por obra del peor terrorismo, los ataques a poblados como Alepo y la destrucción de su valor patrimonial milenario, son, entre otros, expresiones de la involución que hoy vive la humanidad.

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