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Idea que renace: el ejército de la UE

13 de marzo de 2015

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Una vieja idea que ha aparecido y reaparecido indistintamente desde la década del 50 del pasado siglo, -a raíz de la creación de la Comunidad Económica Europea, predecesora de la actual Unión Europea,- ha sido la creación de unas fuerzas armadas europeas,, o sea, un componente militar conjunto abarcador de los 28 países que en estos momentos integran dicho bloque político-económico.

Según dijo el flamante presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, el propósito de dicha fuerza militar sería esta vez “hacer entender a Rusia que nos tomamos en serio la defensa de los valores de la Unión Europea”, añadiendo que así se racionalizarían gastos y se ayudaría a diseñar una política de defensa y seguridad común.

Tal como suena: estas han sido las palabras del luxemburgués Juncker, quién señaló que dicho ejército europeo significaría un ahorro de hasta 120, 000 millones de euros a los países de la Unión.

No se conoce hasta ahora la respuesta del alto mando del pacto político-militar de la OTAN ante la reactivación de la vieja idea que ya otras veces ha sido rechazada por Estados Unidos y Canadá y otros miembros de la propia Unión Europea irreductiblemente  atlántistas y reacios a todo lo que signifique separarse del paraguas protector de Washington.

Aunque en esta ocasión la propuesta de Juncker viene endulzada por la fobia antirusa, con la esperanza de hacerla más aceptable a los yanquis y a otros socios de la UE, no es probable que ni aún en estas circunstancias que la eventual fuerza militar cuaje definitivamente y obtenga las concesiones de la OTAN en ese terreno.

Ya el primer ministro británico David Cameron había afirmado en diciembre de 2013.- según AFP,- que “aunque es lógico que los Estados  cooperen en temas de defensa para que haya más seguridad, no es bueno que la UE tenga capacidades, armas, fuerzas aéreas y todo el resto, como es el caso de la OTAN.

Un experto del Instituto SWP de Berlín, Markus Klain dice que, sobre todo, los países pequeños de la UE confían más en la OTAN que en “la Imprevisible UE” para su defensa.

No deja de ser lógico que en medio de una situación irregular en Europa y extendidos los conflictos hacia el Medio Oriente, sin avizorarse solución por ahora, los países de la UE traten a la vez de proteger sus industrias militares nacionales huyendo de una competencia desmesurada por parte de Estados Unidos y de su insaciable complejo militar-industrial.

Aunque debe suponerse que a la larga la OTAN logre imponerse en cualquier contradicción que rebase los marcos de lo permisible, es llamativo en estos momentos el resurgimiento de la vieja idea fallida del ejército europeo planteado una vez más, buscando ahora cobijarse absurdamente bajo desgastados y ridículos pretextos antirusos.

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