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Honor a quien honor merece

6 de febrero de 2017

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La noticia de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de otorgar su premio mundial de Salud Pública al contingente cubano Henry Reeve, en reconocimiento a la labor solidaria internacional que ha realizado en el enfrentamiento a desastres naturales, catástrofes y epidemias en los más disímiles territorios del planeta, seguramente no recibirá la correspondiente divulgación y amplio realce que merecen los protagonistas de tales hazañas humanistas al riesgo de sus propias vidas.

En los más graves terremotos como Pakistán y Nepal, en los tsunamis de Indonesia o en el combate frontal y riesgoso contra el Ebola en tierras africanas, fueron de los primeros en llegar y colocarse en primera línea. Esos y otros pueblos así lo han reconocido y resaltado su actitud ejemplar en las relaciones con la población, siempre respetuosa y fraternal.

La reunión 140 del Consejo Ejecutivo de la OMS en Ginebra, acordó entregar este Premio, establecido en memoria del doctor Lee Jong-Wook, al contingente médico cubano que lleva el nombre de Henry Reeve, joven estadounidense que se unió al Ejército Libertador de Cuba y cayó heroicamente con los grados de coronel, en combate durante la Guerra de los Diez Años contra el colonialismo español y es un patriota venerado en la isla como símbolo de la amistad entre los pueblos cubano y estadounidense.

Más de siete mil colaboradores, entre médicos, enfermeros y técnicos de la salud –tanto hombres como mujeres– han prestado hasta ahora sus servicios en 19 naciones víctimas de desastres naturales, catástrofes y epidemias.

Ellos poseen entrenamiento especializado y capacitación para desempeñar sus funciones en medio de las condiciones más difíciles de asistencia y aun de sobrevivencia y se calcula que han atendido a tres millones y medio de personas, salvando la vida a unos ochenta mil según estimados.

El 19 de septiembre de 2005, el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, dejó constituido el Contingente Henry Revee y desde entonces ha sido incesante su participación ante desastres naturales y situaciones de emergencia, que se han multiplicado en los años recientes y afectado diferentes regiones –en particular del Tercer Mundo–,  donde estos hombres y mujeres fueron recibidos con afecto, gratitud y esperanza.

Vale la pena recordar que solamente el irracional y genocida George W. Bush rechazó la participación del Contingente Henry Reeve, cunado el gobierno de Cuba realizó el ofrecimiento de enviarlo a socorrer a las víctimas del huracán Katrina en Nueva Orleans.

Durante la próxima Asamblea Mundial de la Salud, en el mes de mayo, se efectuará la entrega del Premio a este contingente médico que es ya emblemático y mundialmente reconocido por su acción generosa y desinteresada.

En medio de un mundo neoliberal y egoísta, que no se caracteriza principalmente por su solidaridad y en medio de otros “premios “llenos de frivolidad o los que extrañamente van a parar a manos inmerecidas, la OMS –en este caso–, salva la dignidad de estas preseas.

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