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Honduras: renace la esperanza

2 de diciembre de 2021

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Honduras, un pequeño país de Centroamérica, con una larga y pesada carga de violencia, miseria, desigualdades e inestabilidad política y social, acaba de «hacer historia» y no precisamente por el solo hecho de convocar a elecciones presidenciales, sino por haber elegido, por primera vez en 200 años, a una mujer como jefa de Estado.
Las acostumbradas bajas cifras de participación en los comicios y el vaivén del poder entre los partidos tradicionales y de derecha, se derrumbaron esta vez cuando en una nación que no llega a los 10 millones de habitantes y donde no hubo posibilidad de que la gran mayoría de los hondureños residentes en el exterior pudieran ejercer el voto, la candidata por el Partido Libertad y Refundación, Xiomara Castro, se alzó con una rotunda victoria.
No hizo falta contabilizar todas las boletas para declararla vencedora, por cuanto, la diferencia entre ella y el más cercano contrincante, Nasry “Papi” Aasfura, alcalde de la capital hondureña y candidato del gobernante Partido Nacional (PN, derecha), superaba el 20% y continuaba ampliándose cuando ya más del 52% de las papeletas estaban contadas.
Se cumplía de esta manera, el objetivo trazado por esta fuerza progresista de izquierda popular, de vencer al bipartidismo, que venía reinando principalmente durante los últimos 40 años.
No obstante, no puede considerarse esta victoria como un camino expedito para que la situación en el país centroamericano cambie de la noche a la mañana y menos aún que a la dirigente progresista se le permita gobernar con facilidad y cumplir su programa de devolver a los hondureños la esperanza a la vida, el trabajo digno y la participación ciudadana en el proyecto país.
Con respecto a la noticia del triunfo de la alianza progresista liderada por Xiomara Castro, «nunca habíamos tenido una victoria con este nivel de contundencia, tanto a nivel de partidos políticos como en la historia democrática del país en general», indicó el investigador hondureño, Russel Garay Garay. En este sentido, «no hay datos de que se ganara una elección con más de dos dígitos a nivel nacional y, aparte de eso, tuvimos una participación que se estima en el 60% del padrón electoral», añadió el citado especialista, según refleja el sitio digital Sputnik.
Vale recordar que en Honduras los gobiernos neoliberales de las últimas décadas han llevado al país a que hoy un 74% de la población viva en la pobreza, mientras los niveles de corrupción administrativa y política crecieron vertiginosamente.
El clima de violencia ascendió y la migración de sus ciudadanos en busca de nuevos horizontes económicos, fomentó las grandes caravanas a las que se unieron personas de otros países centroamericanos que buscaban llegar a territorio de Estados Unidos.
Estas circunstancias adversas tendrán necesariamente que concentrar los esfuerzos de la nueva presidenta Xiomara Castro y su gabinete, para fomentar un clima de seguridad ciudadana y de participación popular en cuantos proyectos se elaboren para lo que ya se ha dado en llamar la «refundación del país».
A su favor, la nueva mandataria tiene el hecho de que su agrupación vencedora ganó también la mayoría en el Congreso y cuente con las principales alcaldías.
En el plano internacional, la gobernante hondureña tendrá que lidiar con el fenómeno adverso y generalizado en la región, de la presencia de una política hostil e injerencista de parte de los gobiernos de Estados Unidos y muy específicamente cuando se trata de un país donde el Pentágono estadounidense cuenta con una base militar enquistada, que ha sido utilizada como cabeza de playa contra movimientos revolucionarios y progresistas en la región.
No olvidar que a esa base cuyo nombre es Soto Cano, fue llevado el ex presidente Manuel Zelaya, luego del golpe de estado que lo sacó del poder en junio del año 2009.
En fin, la victoria de Xiomara Castro tiene el aliento de una vuelta a la esperanza en un país colmado de frustraciones y malos gobiernos.
Reconstruir la nación es la gran misión, que solo se podrá cumplir con la unión de todas las fuerzas progresistas y ejerciendo un poder inclusivo donde el bienestar del pueblo sea el objetivo fundamental.

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