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Honduras descalificada

30 de abril de 2019

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Honduras acaba de ser descalificada nuevamente de la denominada Cuenta del Milenio, por lo cual este pobre país no podrá recibir importantes recursos mediante donaciones para financiar proyectos que contribuyan a acelerar el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, porque es demasiada la falta de transparencia y la extrema corrupción, ante lo cual el actual régimen permanece impasible, porque sirve de instrumento para tamañas fechorías

Hay entes que tratan seriamente de luchar contra la violencia criminal que cubre la faz hondureña, e incluso se han realizado importantes reestructuraciones en la policía y otros cuerpos armados, pero todo adolece del temor de la inmensa mayoría de la población a verse inmiscuida en tal evento, por temor a represalias, como las que han eliminado a notorios activistas contra todo tipo de males, entre ellos la conocida Berta Cáceres.

Mientras tanto, los altos funcionarios ahora se desplazan en helicópteros, aun dentro de la ciudad, por la inseguridad y violencia, un lujo que no puede tener la inmensa población pobre.

Mientras, miles de hondureños tratan de escapar de la violencia y miseria, una situación desesperada a la que tienen que recurrir a tratar de llegar a la nación explotadora causante real de sus cuitas.

La corrupción beneficia a unos pocos, pero perjudica a millones de personas. El mal uso de los impuestos que pagan los contribuyentes -que sustentan más del 80% del presupuesto- hace que los hondureños pobres no puedan tener acceso a servicios de salud eficientes y oportunos; que la educación sea de pésima calidad y que no se reciban los días de clase que se necesitan; que no se puedan realizar las inversiones en infraestructura para mejorar la competitividad del país y que, cuando se hacen, resulten de tan mala calidad que los puentes se caen antes de inaugurarlos.

El desempleo es otro mal que afecta a millones de hondureños, desempleados o subempleados, con las consecuencias negativas para ellos y sus familiares. Pero, ¿cómo se va a generar empleo cuando por un lado hay violencia y criminalidad y por otro la inseguridad jurídica, que son anatemas para atraer inversión?

De ahí que no hay una mano de obra calificada, ni clima de seguridad física creíble, ni respaldo jurídico, y que las empresas no sean obligadas a subsistir mediante contubernios con funcionarios públicos

La creación reciente de la Comisión de Reforma de la Seguridad Pública, un órgano presuntamente independiente encargado de supervisar la depuración policial y el desarrollo de propuestas para reformar el sistema de seguridad ciudadana, es un paso adelante. Sin embargo, su eficacia y éxito dependerá en gran parte del compromiso y la voluntad política de las autoridades de abordar el problema.

Al mismo tiempo, aumentan las manifestaciones de grupos sociales que bloquean carreteras para exigir la instalación de una comisión internacional contra la impunidad y la corrupción, con el objetivo de eliminar esos dos grandes males de la nación.

También denunciaron la falta de oportunidad que tiene la población hondureña, especialmente los más jóvenes, quienes tienen que emigrar hacia otros países.

Otro aspecto que genera protestas en Honduras, especialmente en la capital, es el alto precio de los combustibles, lo cual afecta fundamentalmente a los grupos que tienen menores ingresos económicos y a quienes utilizan sus vehículos como vía de subsistencia.

Así las cosas, no hay una evidente claridad para ver el final del desasosiego que invade a la nación centroamericana, atada a un régimen servil que sólo le interesa beneficiarse económicamente y recibir el visto bueno del Imperio, que tiene al suelo hondureño como una activa base militar contra los gobiernos que no le son afines.

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