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Hay deudas y deudas

9 de marzo de 2021

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Mientras el ex presidente Mauricio Macri es acusado por haber hecho desaparecer los 44 000 millones que le prestó el Fondo Monetario Internacional para endeudar aún más a Argentina, y Lenín Moreno ha hecho a ascender a casi el 80% del Producto Interno Bruto la deuda de Ecuador con el FMI, expertos económicos coinciden en señalar que la pésima política de esos dos gobiernos forma parte del endeudamiento global que está golpeando al mundo, agravado ahora por los efectos de la epidemia del nuevo coronavirus.

Lo que hizo Macri en Argentina y lo que continúa haciendo Moreno en Ecuador, sin embargo, no es similar a las crisis de gobiernos que han puesto sobre la mesa los riesgos del endeudamiento global y sus perniciosos efectos sobre los esfuerzos para revitalizar economías golpeadas por la recesión y con dificultades para retomar el crecimiento, como ha pasado en Grecia y Puerto Rico.

La crisis provocada por la COVID-19 ha sido particularmente violenta con países altamente endeudados y muy dependientes de los bajos costes de financiación que van asociados a la expansiva política monetaria especialmente en las economías avanzadas.

Y es que este es un mundo de alta deuda y no requiere mucho, sólo un mal shock, para que la dinámica de ésta se salga de control.

Desde el 2007 la deuda global no ha dejado de crecer, y lo ha hecho a un ritmo preocupante,

Siete años después, en el 2014, la deuda total global (de gobiernos, empresas y hogares) alcanzaba los199 billones (miles de millones) de dólares, o sea 57 más, y hoy día se estima extraoficialmente que se ha duplicado.

La economía en desarrollo supone cerca de la mitad de este aumento, mientras que en las avanzadas el incremento se ha disparado en el sector público, al tiempo que en el privado el proceso de desendeudamiento ha sido limitado.

A la cabeza de los países más endeudados se encuentra Japón seguido de Grecia, Jamaica, Portugal e Irlanda.

Puerto Rico ha declarado repetidamente que su deuda es impagable, además de que presenta dificultades para crecer, así como para tomar medidas de austeridad ante una población muy necesitada de atención, que se la brinda el estatus colonial implantado por Estados Undosa, bajo el festinado nombre de Estado Libre Asociado.

Hace un tiempo en The New York Times, el Premio Nobel de Economía Paul Krugman recordaba la certeza del FMI cuando exponía que “la reducción abrupta del gasto en una economía en depresión supone un fallo terrible, y que los intentos para reducir altos niveles de deuda a través de la austeridad son contraproducentes”.

Pero, a pesar de que lo reconoce, el FMI obliga a medidas de austeridad que hacen elevar enormemente las carencias de una población ya golpeada por los malos manejos de gobiernos, como hizo Macri en Argentina y hace Moreno en Ecuador.

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