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Hacer la diferencia

22 de septiembre de 2021

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Mientras el presidente ruso, Vladimir Putin, llama a Estados Unidos a ayudar a la reconstrucción del país que asoló durante 20 años, Afganistán, la propia Rusia, China, Irán y Paquistán se reunieron por separado y después en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai para ayudar a estabilizar la situación en territorio afgano y brindarle ayuda humanitaria, al tiempo que subrayan la posición común de evitar incursiones terroristas del Estado Islámico, un declarado enemigo del Talibán gobernante.

“Actuando de buena fe –dijo el canciller ruso, Serguei Lavrov– podemos hacer una diferencia en la creación de las condiciones externas necesarias para que los afganos obtengan su destino en sus propias manos, sin ninguna amenaza que emane del territorio afgano en lo que respecta al terrorismo, el tráfico de drogas y sin ningún riesgo y desafío creado a sus vecinos”.

Sobre la reunión de la Organización, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo que “se compararon los enfoques sobre cuestiones de facilitar el establecimiento de la paz, la estabilidad y la seguridad en Afganistán, mientras que se enfatizó la necesidad de establecer la reconciliación nacional en el país”.

En este contexto, el semanario norteamericano Newsweek comenta aviesamente que China y Rusia están llevando a Irán y Paquistán aún más a su redil, en un intento por elevar una estrategia a nivel de toda la región para enfrentar la crisis aún latente en Afganistán, donde los talibanes buscan el reconocimiento internacional de su gobierno.

El medio elude que Paquistán siempre ha sido un fiel aliado de los talibanes, de ahí los constantes bombardeos de drones estadounidenses contra extensas zonas fronterizas paquistaníes, con un gran número de bajas civiles; y que Irán ha eludido diferencias para regularizar los contactos con los insurgentes hoy victoriosos.

Para quienes sigan por Multivisión la serie  dominical Homeland, observarán como se trata de presentar a Islamabad como cómplice de atentados terroristas, principalmente los perpetrados por el grupo talibán que encabeza Haqqani, cuando este, incluido ahora en la dirigencia del país, ha subrayado que los talibanes no han utilizado nunca las acciones suicidas en instalaciones civiles y plazas públicas, como sí lo ha hecho el Estado Islámico, que tuvo su origen en el conciliábulo integrado por las inteligencias occidentales e israelí, no así el Talibán.

 

OPORTUNIDAD

Para Irán y Pakistán, la OCS puede servir como una oportunidad para que las dos repúblicas islámicas pongan fin a las tensiones por la agitación planteada por los grupos militantes que operan a través de su frontera compartida.

“No debemos permitir que el sabotaje de extraños afecte estas buenas relaciones”, incidieron dirigentes iraní y paquistaní, en una reunión bilateral.

El recientemente juramentado presidente iraní, Raisi, dijo que su país “está decidido a promover las relaciones regionales y la cooperación, especialmente con los países vecinos, y Paquistán tiene un lugar especial en este sentido”. Mencionó específicamente la seguridad fronteriza, el comercio y los esfuerzos conjuntos “para ayudar a Afganistán a formar un gobierno que incluya a todos los grupos basados en la voluntad del pueblo del país”.

El mandatario paquistaní, Ayub Khan, también pidió reforzar los lazos bilaterales, especialmente en los campos del transporte y la economía, y dijo que las dos naciones “deben trabajar estrechamente e interactuar entre sí para que Afganistán pase con éxito la etapa de construcción del Estado”.

La buena voluntad entre Teherán e Islamabad probablemente también apoyaría los intereses generales de Beijing, que cuenta con ambos países como miembros importantes de la Iniciativa intercontinental china de la Franja y la Ruta.

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