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Habló mucho…no dijo nada

20 de enero de 2014

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El mandatario norteamericano, Barack Obama, se “cogió el dedo con la puerta” como se dice popularmente, cuando intentó convencer a sus connacionales y a gobiernos y pueblos de todo el planeta, sobre las labores de espionaje realizadas por su país y que lo ha desacreditado ante el mundo.

El Presidente se veía algo marchito en su discurso de fin de semana, luego de meses de consultas, acusaciones, explicaciones y vagas justificaciones que a nadie han convencido.

Sus palabras, transmitidas a toda la nación no persuadieron a nadie, y una encuesta al finalizar su discurso reflejaba que un 54% de los estadounidenses no creen en lo expuesto por el inquilino de la Casa Blanca.

El tema central de su discurso fue la transparencia en cuanto a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Sin embargo, justamente esa claridad fue lo mas ausente en la gestión del mandatario demócrata.

Obama “perdió la oportunidad de crear una política de privacidad más fuerte. Él podría haber dicho que va a tener un cambio de rumbo, derogando la autoridad de todas las agencias de inteligencia, y empezar de cero en materia de seguridad para refrescar la imagen de la inteligencia de EEUU, y mostrar transparencia en su Gobierno”, estimó Dennis Anderson, profesor de Gestión de la Información del St. Francis College de Nueva York.
Para Julian Assange, fundador de Wikileaks, refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres, “está claro que Obama fue doblegado a decir que reformaría los programas de espionaje de su gobierno, obligado por las informaciones de Snowden y de otros informantes. Y que el primer mandatario mintió al mundo en esas supuestas reformas”.
En entrevista con la CNN, Assange opinó que “Obama no presentó  reformas de calado en la estructura del espionaje estadounidense” y consideró que expresó “un montón de mentiras, como que la NSA nunca ha abusado de su poder”.
Para el fundador de Wikileaks, es una vergüenza que un jefe de Estado hable tanto durante 45 minutos sin decir nada.

El mandatario justificó las labores de espionaje para proteger la seguridad nacional, reconoció las quejas que existen sobre la privacidad, criticó las motivaciones del ex contratista, Edward Snowden y explicó las medidas que tomará para evitar que haya más abusos.

Un pasaje ambiguo en sus palabras fue el de asegurar que “tenemos que tomar decisiones importantes sobre cómo protegernos y mantener nuestro liderazgo en el mundo, al mismo tiempo que defendemos las libertades civiles y las protecciones a la privacidad que requieren nuestros ideales y la Constitución”.

El gran escándalo que aun hoy sigue sin calmarse, se destapó en el mes de junio del 2013 cuando Snowden comenzó a filtrar una serie de documentos que revelaron la magnitud de las operaciones de espionaje de EE.UU. y en especial de la Agencia de Seguridad Nacional. Estas operaciones incluían no sólo vigilar las comunicaciones de ciudadanos alrededor del mundo sino de jefes de Estado en países como Brasil, México y Alemania.

Dentro del Congreso norteamericano, el senador republicano Rand Paul dijo que “la solución anunciada del presidente Obama sobre la controversia de espionaje de la NSA es el mismo programa inconstitucional con una nueva configuración”.

En fin, Obama habló mucho…pero no dijo nada, ni para calmar la polémica internacional sobre el espionaje masivo de Estados Unidos, ni para satisfacer a sus conciudadanos que albergaban la fe de medidas convincentes para que su país y su gobierno no sigan perdiendo credibilidad en el mundo.

 

 

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