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Gusanos intestinales

12 de diciembre de 2020

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El gobierno de Lenín Moreno ha sido nuevamente objeto de crítica, cuando se vuelve aún más posible la entrega de Julian Assange por las autoridades británicas a Estados Unidos, en un momento en que el fundador de WikiLeaks se encuentra en malas condiciones físicas y requiere de tratamiento médico urgente.

De ello se han hecho eco funcionarios de Naciones Unidas que atienden cuestiones referentes a los refugiados, mientras otras fuentes renuevan sus críticas acerca de lo que califican bajeza del gobierno ecuatoriano por haber sacado por la fuerza a Assange de la embajada de Quito en Londres, donde el anterior presidente Rafael Correa le había ofrecido asilo.

La necesidad del imperialismo de sacarse de encima semejante molestia es evidente. Con WikiLeaks se puso en evidencia para todo aquel que lo quiera ver el mecanismo de funcionamiento de la democracia imperialista norteamericana, de lo que esconden al público respecto a la brutal opresión que representa.

Assange fue quien cambió la historia de las disputas de los relatos del mundo que nacen a partir de EE.UU., demostrando la violencia y el genocidio que protagoniza Washington, por lo que no se trata de una lucha suya o de sus abogados, sino de la comunidad internacional por la humanidad.

La entrega de Assange fue un ataque de grandes proporciones a la libertad de expresión y comunicación. Se trató de ponerle un bozal a la prensa en defensa de los intereses de los grandes capitalistas y sus gobiernos.

Un analista, Amauri Chamorro, opinó que el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, entregó al fundador de Wikileaks por haber revelado sus actos de corrupción.

“Él (Moreno) está intentando defenderse de una grave acusación de corrupción dentro del país. Él y su familia están metidos en una trama de empresas offshore que han comprado apartamentos en España, han vivido una vida de rey en Europa” revela, y añade que como Wikileaks promocionó esa investigación sobre su vida y su corrupción, justifica eso diciendo que Assange “se ha comportado mal”.

Chamorro ha cuestionado desde Caracas, la capital venezolana, el razonamiento del gobierno de Moreno, diciendo que el periodista de origen australiano ya “es referencia mundial de la defensa de los derechos humanos y de la defensa de la libertad de expresión (…) “¿Cómo que se ha comportado mal?”, se ha preguntado.

El analista, de hecho, ha considerado “inaceptable” y “ridículo” el argumento que Quito ha utilizado para intentar justificar el “absurdo jurídico” que ha hecho. “En realidad el Gobierno ecuatoriano miente de manera sinvergüenza al mundo, a Ecuador, a los medios de comunicación”, denunció.

El caso del activista puso de relieve que nadie tiene la libertad de expresar y comunicar la verdad en el mundo, porque lo que Assange ha hecho es comunicar la verdad, y ahora su futuro se vuelve a complicar, porque el saliente gobierno de Trump presiona nuevamente para que lo entreguen a EE.UU., donde puede encarar, si no la pena de muerte, hasta una condena a cadena perpetua, todo un crimen de lesa humanidad.

El abogado constitucionalista estadounidense Glenn Greenwald, de The Intercept, ha tachado al gobierno de Ecuador de “pequeño” y “subordinado”, y en esa misma línea el fundador del sitio web Megaupload, y activista Kim Dotcom, ha manifestado sin rodeos que “Ecuador está ahora siendo gobernado por los gusanos intestinales que viven en el ano del imperio de EE.UU.”.

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