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Guerra Fría nunca abandonada

26 de diciembre de 2017

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Estados Unidos nunca ha abandonado el espíritu de la Guerra Fría que llevóal mundo al borde del holocausto nuclear, al subrayar un programa estratégico agresivo que tiene a Rusia y China como principales objetivos.
El pretexto vino de una anterior opinión de expertos que calificaron de erróneo y descuidada la política norteamericana hacia esas potencias, remarcando una superioridad nuclear rusa y un presunto hegemonismo chino para controlar Asia, todo un montaje con el fin de incentivar las ventas de armas, renglón en que EE.UU. basa parte de su plan de desarrollo económico e instrumento para generar empleos.
El presidente Donald Trump resaltó su política de “EE.UU. primero”, en la cual consideró a China y a Rusia como rivales que socavan la prosperidad estadounidense. “Potencias revisionistas, como China y Rusia, que utilizan la tecnología, la propaganda y la coerción para imponer un mundo que representa la antítesis de nuestros intereses y valores”, destaca el texto presentado por él y rechazado por Moscú, que aseguró que “no puede aceptar que traten al país como una amenaza a la seguridad de Estados Unidos”, posición que demuestra el “carácter imperialista” con el cual se constituyó el informe de estrategia de EE.UU., principalmente por la manera en que se refiere a sus “rivales”.
China, a su vez, destaca la actitud injerencista norteamericana en Asia, rechaza que tenga una actitud hegemónica hacia ese continente y denuncia la intensificación de la política de la Casa Blanca de suministrar armas que no tienen nada de defensivas a Taiwán.
Ello ha estado sucediendo con su política hacia la República Popular Democrática de Corea, aprovechada para multimillonarias venta y suministros de implementos bélicos a Japón y Corea del Sur además de obligar a estos países a aumentar su aporte a los gastos de las instalaciones militares estadounidenses allí instaladas.
El bélico informe del mandatario norteamericano ya había tomado notas del Plan Estratégico de Estados Unidos para América Latina y el Caribe, contenido en un informe del Comando Sur de Estados Unidos (USSOUTHCOM, por su sigla en inglés).
El Comando Sur de las Fuerzas Armadas es el organismo oficial estadounidense encargado de toda América Latina al sur de México (que pertenece al Comando Norte o Nórtico). Situado en Miami, Florida, su jefe es el general Douglas M. Fraser, y posee aproximadamente 1 200 efectivos permanentes entre militares uniformados y funcionarios civiles.
Está integrado por el Ejército Sur de Estados Unidos, ubicado en el Fuerte Sam en Houston, Texas; la Fuerza Aérea Sur, emplazada en la Base de la Fuerza Aérea Davis en Monthan, Arizona; el Comando de las Fuerzas Navales Sur, ubicado en la Base Naval de Mayport, Florida; las Fuerzas Sur de Infantería de Marina, establecidas en Miami, Florida; y el Comando de Operaciones Especiales Sur, que presta servicios en la Base de la Reserva Aérea de Homestead, cerca de Miami, Florida.
También posee tres Fuerzas de Tarea Conjunta: la Bravo, ubicada en la Base Aérea Soto Cano, Honduras; la de Guantánamo, con base en la Estación Naval estadounidense de la Bahía de Guantánamo, Cuba; y la Sur, emplazada en Key West, Florida.
La “Estrategia del Comando Sur de los Estados Unidos 2018 Amistad y Cooperación por las Américas” tiene como objetivos explícitos asegurar la defensa, fomentar la estabilidad y facilitar la prosperidad en el hemisferio. Entre los problemas y desafíos que amenazan estos objetivos enumera: la pobreza y la inequidad, la corrupción, el terrorismo, la criminalidad, el tráfico de drogas y los desastres naturales.
Asimismo, el documento señala que la energía es considerada un factor fundamental. “Según el Departamento de Energía, tres de los cuatro proveedores principales de energía de Estados Unidos se encuentran dentro del hemisferio occidental (Canadá, México y Venezuela). De acuerdo con la Coalition for Affordable and Reliable Energy (Coalición en Pro de Energía Accesible y Confiable), Estados Unidos necesitarán un 31% más de petróleo y un 62% más de gas natural en las próximas dos décadas.
A medida que los Estados Unidos siguen necesitando más petróleo y gas, América latina se convierte en un líder mundial de energía con sus enormes reservas de petróleo y producción y suministros de gas y petróleo. “Debemos trabajar juntos para garantizar que estos recursos energéticos y la infraestructura que los respaldan permitan la prosperidad regional”, menciona el texto.
Todo esto sin adentrarnos en el papel de la Cuarta Flota, cuya reactivación tiene como pretexto el combate al terrorismo y las actividades ilícitas como el narcotráfico, pero posibilita el control más cercano de países como Venezuela y Bolivia, y otras naciones de la región con gobiernos identificados como izquierdistas y potencialmente “amenazantes” para el Pentágono y, a su vez, los recursos petrolíferos y acuíferos.
Así que la estrategia bélica norteamericana abarca virtualmente el mundo, no solo están circunscritas a Rusia y China, integrantes de la parafernalia del imperialismo norteamericana de una Guerra Fría nunca abandonada.

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