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Guantánamo: torturas en territorio usurpado

23 de abril de 2013

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Si de derechos humanos se trata, Cuba se ve imposibilitada de asegurar su vigencia en todo el territorio nacional. Así ocurre en un área de 117,6 kilómetros cuadrados en la bahía de Guantánamo, donde el Pentágono mantiene una base naval, donde desde 2003 opera un centro de detención y tortura, según denuncias internacionales.

Contra la voluntad expresa de Cuba, Estados Unidos mantiene ocupado ese territorio antillano, y allí ha construido los campos X-Ray, Delta y Echo, para recluir a quienes considera sospechosos de actividades terroristas.

La Casa Blanca, en época de George W. Bush,  arguyó que los detenidos en Guantánamo se encuentran legalmente fuera de Estados Unidos, razón principal para negarles sus derechos constitucionales.

Pero durante 2004 la Corte Suprema rechazó este argumento en el caso Rasul contra George W. Bush, y estableció que los reclusos en Guantánamo tengan acceso a cortes norteamericanas al considerar que el gobierno estadounidense tiene el control exclusivo sobre la instalación.

Sin embargo, los internos son considerados “combatientes enemigos ilegales”, por lo que no aplican para derechos reconocidos en la Tercera Convención de Ginebra respecto a los prisioneros de guerra, lo cual es considerado una patente de corso para cometer violaciones a los derechos humanos.

En noviembre de 2004 el diario The New York Times publicó extractos de un memorando interno de la Casa Blanca sobre un informe de la Cruz Roja Internacional que considera “equivalentes a tortura” varios de los procedimientos aplicados contra los reclusos.
Desde ese propio año, el Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura ha reclamado a Estados Unidos el cierre del centro de detención en Guantánamo por violar la legislación internacional.

Varias organizaciones de derechos humanos en el mundo lo consideran cual moderno campo de concentración donde se ensayan métodos para debilitar la voluntad humana.
Los maltratos, golpizas, presiones sicológicas, aplicación de la técnica del submarino, las ofensas religiosas, entre otras violaciones, han provocado numerosos suicidios entre los presos.

Solo el 10 de junio del 2006 dos sauditas y un yemenita se quitaron la vida dentro de la base, cuyo contralmirante jefe consideró el hecho “un acto de guerra asimétrica y propaganda”.

Grupos defensores de derechos humanos en Estados Unidos realizaron a principios de abril una jornada de protesta nacional para exigir la clausura del centro, una promesa electoral que el presidente Barack Obama incumplió.

Las organizaciones Testigos contra la Tortura, indicó que el Mundo no puede Esperar y el Centro de Derechos Constitucionales también se solidarizan con muchos de los huelguistas de hambre.

Asimismo, demandan el fin de la detención por tiempo indefinido de los 166 hombres encerrados en el penal hace más de una década bajo sospecha de terrorismo, pero sin enfrentar juicio ni cargos concretos.

También este año, un centenar de reclusos han protagonizado una larga huelga de hambre, y muchos de ellos son alimentados, en contra de su voluntad, mediante sondas.

Algunos de los que están sin comer desde el pasado 6 de febrero fueron impactados por balas de goma disparadas por el personal militar, tras oponerse a ser trasladados a celdas individuales.

Pese a que Estados Unidos se obstina en silenciar lo que ocurre allí, el asunto incluso se convierte en un tema espinoso para sus relaciones internacionales.

En el incidente más reciente, la Cancillería rusa, en medio de un diferendo con Washington, emitió una lista de 18 funcionarios estadounidenses a los que se les niega el ingreso a Moscú.

“Nuestra lista incluye principalmente a aquellos responsables de legalizar la tortura y mantener convictos ilimitadamente en la prisión especial de Guantánamo, de detener y secuestrar ciudadanos rusos en terceros países y de poner en peligro sus vidas y su salud”, dice el texto del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El caso de la base naval de Guantánamo ya no es solo un diferendo entre Cuba y Estados Unidos. Las torturas y maltratos que allí ocurren preocupan a la comunidad internacional.

No sería extraño que en el Consejo de Derechos Humanos de la Naciones Unidas, en Ginebra, adonde Cuba se presentará al examen periódico universal el próximo primero de mayo, el centro de torturas en Guantánamo esté en boca de más de una delegación.

Comentarios



Leo / 2 de mayo de 2013

EEUU fuera de territorio soberano de Cuba! Fuerza Cuba, Latinoamérica está contigo!