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Golpea bajo en Brasil

12 de mayo de 2016

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A estas alturas sería muy difícil creer que la explosión popular brasileña pueda apagarse en medio de inconsecuencias políticas, hegemonía económica de grupos de poder, y un bien armado plan para propiciar un golpe parlamentario que sacó del poder a la presidenta Dilma Rousseff.
Valdría reflexionara respecto a la decisión adoptada en días pasados por el presidente interino de la Cámara de Diputados, Waldir Maranhao, de anular el juicio político a la Presidenta; decisión que 24 horas después de adoptada, fue echada abajo por el presidente del Senado, Renán Calheiros.
De esa forma, nos damos cuenta que el entramado en el cual se urde el golpe, es como una obra de teatro, con una importante dosis mediática, parte de un todo encabezado por el poder económico, contando para ello con el aliado poder parlamentario.
No ha importado, como advierte Dilma en sus alegatos, que se esté pisoteando la democracia y violentado la Constitución.
Cuando Calheiros, decidió continuar con el juicio a Dilma, hace evidente su asociación con el golpe en curso por parte del jefe parlamentario.
Al respecto, en entrevista con Sputnik Nóvosti el coordinador del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), Guilherme Boulos, dijo que “Renan Calheiros ha demostrado ser una parte más de este golpe junto al vicepresidente Michel Temer y el corrupto Eduardo Cunha”.
En este sentido, el coordinador del MTST apuntó que “la decisión de Maranhao fue únicamente la de aceptar que el proceso resultó ilegítimo al haber sido dirigido desde el principio por el corrupto Eduardo Cunha”, ex presidente de la Cámara de los Diputados apartado del cargo por el Tribunal Supremo Federal (TSF) el pasado jueves, y que “articuló el golpe de acuerdo con sus intenciones”.
“Muchos dicen que Maranhao ha causado una crisis institucional en Brasil al enfrentar la Cámara de los Diputados con el Senado. Yo digo que esa crisis comenzó cuando se aceptó que un corrupto dirigiese un golpe de estado contra una presidenta inocente elegida democráticamente. La respuesta del MTST será en las calles, no dejaremos que el golpismo gobierne este país”, sentenció.
¿Qué pasará ahora?
Una decisión tan irresponsable como la tomada por el Parlamento brasileño para sacar del poder a una mandataria elegida democráticamente, necesariamente causará una gran explosión social en un país donde los gobiernos de Lula y Dilma, han devuelto la dignidad a su pueblo, acompañada de grandes planes sociales que sacaron de los miseria a millones de brasileños y dieron trabajo, salud y educación a sus hijos.
“El próximo jueves saldremos a las calles de Brasil junto al Frente Pueblo Sin Miedo. Nuestro objetivo está claro: detendremos el avance del que podría ser el programa de Gobierno más osado y agresivo contra los derechos de los trabajadores en la historia de la democracia brasileña”, aseguró el coordinador del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), Guilherme Boulos sobre los planes anunciados por el vicepresidente Michel Temer de cara a su hipotético Gobierno.
Ahora se suma Brasil a la arremetida derechista, oligárquica y mediática que ya ha hecho mellas en otras naciones sudamericanas que han estado bajo la batuta de movimientos progresistas en los últimos años.
Juzgar a Dilma, sin prueba alguna que la implique en actos no constitucionales, es juzgar a la izquierda brasileña y a la continuidad del proceso democrático y progresista que ella y Lula encabezan.

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