Gaza: la ecuación de la muerte
25 de agosto de 2025
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¿Qué nuevo escribir sobre lo que sucede en Gaza? ¿Por qué predomina la indiferencia internacional, allí donde urge la acción para detener la masacre?
Quizás, exponer desnudamente cuál es la «ecuación de la muerte» que aplica Israel para extinguir a la población palestina, pudiera aportar elementos a la comunidad internacional, para saber y actuar, en consecuencia, contra uno de los peores crímenes de nuestra era.
Por qué niños y mujeres son las principales víctimas: matar los niños para que no se hagan jóvenes que puedan servir como combatientes contra el sionismo, y asesinar mujeres para que éstas no puedan parir a esos niños futuros combatientes. Esa es la alucinación criminal de un régimen como el de Benjamín Netanyahu.
Es una ecuación matemática muy sencilla, en el pensamiento fascista de un gobierno que se ha propuesto eliminar a toda la población palestina, la de Gaza, la de Cisjordania y la de cada rincón donde pueda habitar uno de ellos.
El plan de ahora no es nuevo, es continuidad de lo que sucede en esa tierra desde que se empezaron a instalar colonos judíos, favorecidos por una filosofía de poder llamada sionismo, cuyo componente principal es la exclusión.
El sionismo ha ido sembrando odio allí donde pudo haber convivencia pacífica. Fue construyendo asentamientos en territorios que ocupaba a costa de represión y despojo.
Ideología que se ha ido convirtiendo en fascismo, y para ello ha contado y cuenta en el apoyo militar, financiero y diplomático de las administraciones de Estados Unidos que han llegado a la Casa Blanca, entre otros factores con un gran apoyo del lobby judío instalado en estamentos de poder, en el Congreso, el Gobierno, y fundamentalmente en los sectores financieros del imperio yanqui.
Por estos días se concreta esa estrategia de exterminio, cuando el propio Netanyahu ha declarado que se apoderarán completamente de Gaza, expulsarán de allí a los palestinos que queden vivos, y unirán todo el territorio con el de Cisjordania, como parte de Israel.
Y eso está ocurriendo paralelamente a la otra guerra que han impuesto —la del hambre—, para que sigan muriendo cientos y miles de niños palestinos por falta de alimentos, y eso, mientras en los pasos fronterizos con Gaza, miles de camiones cargados de comida y otros insumos se echa a perder y tiene que devolverse a quienes la enviaron como ayuda humanitaria, porque el gobierno israelí no permite su paso hacia donde la hambruna —ya reconocida hasta por la propia ONU— mata a diario a personas, que pueden hasta escapar de los bombardeos israelíes, pero no del hambre que sufren cada día.
La Franja de Gaza entró en la fase de hambruna/catástrofe humanitaria, anunció el Comité de Revisión de la Hambruna, un panel de expertos internacionales a cargo de la Clasificación Integrada de Fases (CIF), reportó Sputnik.
Tras 22 meses de conflicto incesante, más de medio millón de personas en Gaza se enfrentan a la inanición, la indigencia y la muerte. Otros 1,07 millones de personas —más de la mitad de la población— desafían niveles de emergencia de inseguridad alimentaria aguda, indicó el Comité.
A su vez, el secretario general de la ONU, António Guterres, señaló que «justo cuando parece que ya no quedan palabras para describir el infierno que vive Gaza, se ha añadido una nueva: ‘hambruna’. Esto no es un misterio: es un desastre provocado por el hombre, una acusación moral y un fracaso de la humanidad misma».
El dantesco espectáculo del genocidio israelí en Gaza, tiene también un vergonzoso componente exterior. El Departamento de Estado estadounidense ha negado visas a niños gravemente heridos por los bombardeos israelíes que podrían recibir tratamiento médico vital para sus vidas, constata RT.
La decisión siguió a la presión de la activista de extrema derecha sionista Laura Loomer, quien lanzó una campaña en redes sociales retratando a los niños palestinos heridos como terroristas, malinterpretando sus gritos de dolor como «cánticos yihadistas».
Estados Unidos ha anunciado que suspenderá todas las visas de visitantes para personas que lleguen de la Franja de Gaza, devastada por la guerra fratricida israelí.
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