G-77 más China mira hacia el futuro
16 de junio de 2014
|Cuando hace 50 años, —el 15 de junio de 1964,— quedó constituido en la sede de Naciones Unidas en Ginebra el Grupo de los 77, integrado entonces por igual número de países que hoy ascienden a 133, se estaba produciendo un hecho hasta esos momentos sin precedentes dentro de la comunidad internacional y en particular dentro del organismo mundial ONU, donde hasta esos momentos se agrupaban habitualmente los llamados “países desarrollados” en defensa de intereses económicos comunes.
El surgimiento del Grupo de los 77 elevó a los primeros planos del escenario internacional, —aún teniendo en cuenta sus limitaciones, algunas de las cuales subsisten,— temas como la erradicación del hambre y la pobreza, la defensa de los recursos naturales el medio ambiente, el desarrollo científico-técnico de los países más pobres y el intercambio comercial sobre bases justas y equilibradas.
Dentro del marco del sistema de Naciones Unidas, la existencia del Grupo ha permitido unificar en lo posible y buscar la mayor cantidad de coincidencias entre los países del Tercer Mundo,- también llamados “en vías de desarrollo,”,- para luchar por sus demandas más esenciales y comunes frente a la voracidad insaciable del sistema capitalista mundial que encabezan hoy Estados Unidos y la Unión Europea, pretendiendo que el mundo subdesarrollado los rescate de sus crisis.
Debe mencionarse que el Grupo recibió un impulso extraordinario con la incorporación de China y actualmente es posible también la adhesión de Rusia, dos de las grandes economías del mundo pero que no buscan su crecimiento a costa de los más vulnerables y cuya presencia amplía, fortalece y dinamiza los objetivos de esta agrupación.
De notable significación y como muestra de los cambios que han tenido lugar en el planeta, muy especialmente en América Latina y el Caribe, es que Bolivia haya sido elegida para ostentar la presidencia del G¡77 más China en este año de su cincuentenario, sirviendo de sede a una Cumbre que promete ser histórica y fue convocada y organizada en solo cinco meses.
El trabajo realizado por el gobierno boliviano y en especial por su presidente Evo Morales, quedó reflejado en el documento-base y la futura Declaración donde, —no sin procurar negociaciones y consensos,— se expresan criterios novedosos y actuales sobre la inclusión social, la seguridad alimentaria, la transferencia de tecnología, la soberanía sobre los recursos naturales y una nueva arquitectura financiera, por citar algunos.
Actuando la Bolivia de hoy como presidente del Grupo y anfitriona de la Cumbre, no otra cosa podría esperarse de este encuentro, que seguramente lo diferenciará de los anteriores y se efectúa bajo el lema “Hacia un nuevo orden mundial para vivir bien”, lo cual hace explícitos sus propósitos.
En Santa Cruz de la Sierra se perfilará,—según los documentos que ya se conocen,— la agenda mundial post 2015, sucesora de los Objetivos del Milenio que deberán culminar en ese año, abriéndose de este modo una agenda mundial que mira al futuro.
Sin ser una solución definitiva a las injusticias, las exclusiones y las desigualdades, el Grupo de los 77 más China va construyendo poco a poco ámbitos de resistencia frente a los poderosos en la búsqueda,— al menos por ahora,— de un mundo en equilibrio
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