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Frente común al ciberespionaje

25 de noviembre de 2013

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Las revelaciones hechas por el ex agente NSA/CIA de Estados Unidos, Edward Snowden, no solo han conmovido las estructuras del espionaje imperial y sus socios – contra algunos de los cuales Washington también dirigía sus averiguaciones-, sino que ha puesto en evidencia la utilización de los más sofisticados medios técnicos para llevar a cabo esa labor por parte de los países más desarrollados en la ciencia y la técnica, particularmente en el ciberespacio y en las comunicaciones.

Como, por supuesto, nadie en su sano juicio supone que Estados Unidos y sus asociados -hayan sido víctimas o no del espionaje yanqui-, vayan a renunciar beatíficamente a la continuación de este tipo de actividad y aun cuando esta los exponga a rebasar cualquier límite de legalidad y ética, incluyendo a sus propios aliados, otros países del mundo seriamente preocupados por el creciente espionaje sobre sus instituciones y sobre su territorio, dan los primeros pasos hacia el establecimiento de un frente común que contribuya a desenmascarar tales acciones, sobre todo en el complejo mundo del ciberespacio, donde las llamadas “potencias occidentales” tratan de imponer sus ventajas científico-técnicas y colocarlas al servicio del espionaje.

Según se ha publicado, el ministro de defensa argentino, Agustín Rossi, ha visitado al ministro de defensa brasileño, Celso Amorín, para considerar puntos de convergencia iniciales y extenderlos a la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) como parte de lo que llamó “una estrategia común de defensa”. Rossi añadió que, en el terreno de la defensa, la relación con Brasil es muy importante y ambos países han constituido ya un grupo conjunto de oficiales para capacitación en ciberdefensa.

No es casual que los gobiernos de Brasil y Argentina, los dos mayores países de Sudamérica, hagan causa común y promuevan extender a UNASUR las medidas apropiadas para enfrentar el espionaje de Estados Unidos, puesto en evidencia por las revelaciones de Snowden, que interfieren febrilmente en los países que consideran descaradamente como su “patio trasero”.

Al otro extremo del planeta, en Asia-Pacífico, uno de los gobiernos más vinculados a Estados Unidos en el mundo del espionaje -Australia-, integrante también del conocido Proyecto Echelon junto a Gran Bretaña, Canadá y Nueva Zelanda, ha sido denunciado por su vecina Indonesia, cuyas autoridades afirman haber confirmado crecientes acciones de espionaje de todo tipo por parte de los servicios australianos.

El frente común contra el ciberespionaje de los poderosos ha de ser mundial.

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