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Fracaso israelí en Siria

18 de septiembre de 2017

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En la medida que la perspectiva militar se va aclarando en Siria, haciéndose evidente el fracaso de los agresores en cuanto a la posible fragmentación de ese estado árabe y sobre todo, el derrocamiento del gobierno baasista y aún la posible eliminación física del presidente Bachar Al Assad, sale a relucir también el fracaso del régimen sionista israelí en el desempeño de sus múltiples maniobras política, militares y de inteligencia encaminados a cooperar con Estados Unidos y sus socios de la OTAN en la criminal guerra contra el pueblo sirio.

Funcionarios yanquis, tanto de la actual Administración como de la anterior, no se han ocultado para proclamar que uno de los principales propósitos de la guerra contra Siria, –como parte de la estrategia de Estados Unidos para el Medio Oriente que dio inicio con las llamadas ·primaveras árabes”–, era lograr una efectiva y duradera protección del estado israelí, bastión y prolongación del Imperio en aquella región de priorizado interés para Washington, donde Israel actúa como su testaferro y gendarme.

Esa es la dura realidad desde que los palestinos fueron expulsados de sus tierras en 1948 hasta hoy en que la entidad sionista ha llegado a ser poseedora del arma nuclear y otras armas de destrucción masiva, con el apoyo, financiamiento y ayuda científico-técnica de Estados Unidos.

La complicidad del régimen sionista con los grupos terroristas que actúan en la región del Medio Oriente, inicialmente muy discreta y enmascarada, salió a relucir poco a poco en la medida que la guerra de agresión contra Siria se prolongaba y los propios terroristas no lo ocultaban, relatando –por ejemplo– la asistencia a sus heridos en hospitales israelíes.

El diario israelí Yedioth Ahronoth confirmó esas informaciones de atención médica a los terroristas y la cifra en casi 1300, mientras el diario británico Daily Mail publicó como evidencia que durante el año 2013 el gobierno de Tel Aviv había gastado 13 mil millones de dólares en apoyo a esos “grupos irregulares”, sobre todo en servicios médicos.

No es casual que el estado sionista, prácticamente asiduo del terrorismo de Estado desde su propia fundación, actúe ahora en alianza con el Estado Islámico y el llamado Al Nusra, todos en conjunto contra la causa palestina y siguiendo indicaciones de Estados Unidos.

En junio de 2016 la misión de observación de la ONU denunció públicamente que esos contactos tenían lugar en las Alturas del Golán, territorio sirio ilegalmente ocupado por Israel desde 1967.

El fracaso yanqui en Siria sería también un fracaso israelí y un tanto a favor del pueblo palestino, cuyo futuro –en buena medida– se está decidiendo hoy en territorio sirio, aunque no aparezca en primer plano.

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