ribbon

Foro de Sao Paulo: La historia le dio la razón

4 de agosto de 2015

|

Cuando a fines de la década del 80 y principios del 90 del pasado siglo todo hacía vislumbrar la debacle del campo socialista europeo e incluso la insólita desintegración de la URSS como superpotencia mundial e indiscutible factor de apoyo, -pese a desaciertos o errores,- al movimiento revolucionario, en América Latina y el Caribe, región particularmente rebelde, activa y heroica a lo largo de la historia, comenzaron a reagruparse decididamente las fuerzas políticas y sociales que no estaban dispuestas a aceptar “el fin de la historia”, resueltas a continuar la lucha con nuevos bríos y en las nuevas condiciones hegemónicas del mundo unipolar, impuestas de manera brutal en nuestro continente por Estados Unidos y las oligarquías locales.

No eran, por cierto, las condiciones más propicias para reemprender la lucha en medio de una situación inédita donde, como era lógico, se debatían los más diversos puntos de vista y alternativas por parte de las fuerzas democráticas, revolucionarias y de izquierda enfrentadas a una coyuntura sin precedentes.

Por supuesto, no era suficiente con el análisis de los posibles errores o carencias del pasado, era necesario, además, un examen riguroso, científico, racional y actualizado de las circunstancias presentes  y a partir de ellas trazar la estrategia hacia el futuro que, por otra parte, no era aún vislumbrable con claridad.

Era imprescindible tener en cuenta las condiciones concretas, las características, los antecedentes, las tradiciones y la trayectoria de cada país y de cada fuerza en específico, respetando su independencia y autonomía, acompañándola de los más firmes principios de solidaridad y ayuda mutua, en una esclarecida combinación.

Tal era el complejo escenario que debió abordar hace 25 años el Foro de Sao Paulo en sus momentos fundacionales, cuando se encontraron por vez primera, -en la populosa ciudad brasileña que le dio su nombre,- los representantes de aquellas fuerzas políticas y sociales latinoamericanas y caribeñas que se mantuvieron firmes, no vacilaron ni sucumbieron al divisionismo o la confusión ni creyeron en los cantos de sirena que el capitalismo lanzó entonces.

El presidente brasileño Luiz Inazio Lula Da Silva, -entonces prestigioso y popular líder sindical,- y el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, fueron artífices de aquel embrión que creció y se consolidó con rapidez y fuerza, ganando en amplitud sin perder  en la profundidad de sus ideas esenciales, emancipadoras, hasta llegar al XXI Encuentro que se acaba de celebrar en la Ciudad de México, donde acudieron también invitados europeos.

Mucho han cambiado América Latina y el Caribe en las últimas décadas y ello no  ha sido ajeno al Foro de Sao Paulo, al pensamiento y la acción de sus hijos más ilustres en la dura lucha por la soberanía nacional y la justicia social.

Referido al momento actual, este encuentro lanzó un llamamiento de alerta y recabó la solidaridad mundial con los procesos de cambio en América Latina, amenazados por los poderes  mediáticos y desestabilizadores de la derecha, los consorcios transnacionales, las oligarquías locales y el imperialismo.

Comentarios