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Firmeza ante la amenaza

28 de septiembre de 2019

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Ante las amenazas de una agresión armada contra Venezuela auspiciada por el actual gobierno de Donald Trump, especialistas rusos colaboran con sus colegas venezolanos en el mantenimiento de modernas armas defensivas entregadas por Moscú, cuyo gobierno acaba de reiterar su apoyo al presidente Nicolás Maduro.

A ello se agrega que tropas del Gobierno Bolivariano han sido desplegadas en la frontera con Colombia, ante la posibilidad de una agresión desde el país vecino, con la participación de las tropas norteamericanas ubicadas en siete bases allí, el ejército local, bandas paramilitares y grupos de narcotraficantes.

Es decir, toda una mezcla de lo peor que se puede reunir para invadir y destruir en Venezuela, a lo que Caracas respondió con la incorporación de otros 65 000 milicianos, que hoy están realizando nuevos ejercicios, en compañía de efectivos de las Fuerzas Armadas de Venezuela y fundadores de la Milicia Bolivariana.

También es una respuesta a la amenaza de la Organización de Estados Americanos de reactivar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, con el fin de “legalizar” una agresión a la nación suramericana.

Más de 350 sanciones norteamericanas tratan de destruir el proceso revolucionario bolivariano, con las más recientes medidas contra el proceso de diálogo entre las autoridades y la oposición moderada, que se dice contraria a la violencia, en el que se obtienen nuevos avances.

Empero, Maduro ha subrayado que, en atención a los esfuerzos de Noruega, su gobierno aceptaría también conversaciones con los grupos recalcitrantes, a pesar de las declaraciones del mandatario ficticio de Trump, Juan Guaidó, quien repite una y otra vez, siguiendo el dictado del defenestrado John Bolton, que no hay diálogo que valga, queriendo hacer olvidar que fue descubierto con las manos en la masa, en relación a sus vínculos con connotados narcotraficantes y asesinos colombianos de la organización Los Rastrojos.

A los esfuerzos para bloquear y entorpecer las relaciones con el país suramericano, se suman las actividades del rastrero Grupo de Lima, en el que destacan las accione contrarrevolucionarias del gobierno de Colombia, el histerismo del chileno y el ecuatoriano, y el más reciente desplante este sábado 28 del de Perú, que está obstaculizando y dejando en el limbo a ciudadanos venezolanos que quieren regresar a su Patria.

En este contexto, el embajador de Venezuela en Naciones  Unidas, Samuel Moncada, dice que Trump no quiere el diálogo, porque está obsesionado con la deposición de Maduro,

A juicio de Moncada, el gobierno de EE.UU. “se quitó la careta”. Y agregó: “¿Qué está diciendo? Que los venezolanos no hablen, porque ellos tienen un poder sobre Venezuela y sobre el mundo, que ellos van a decidir por nosotros y, si no se hace lo que ellos dicen, nos van a llevar a la guerra, nos van a hacer un bloqueo naval, nos van a matar de hambre, eso es lo que está proponiendo contra Venezuela, con el apoyo de algunos venezolanos”.

Así, el decreto presidencial firmado por Trump para bloquear todos los activos de Venezuela en el país responde a un terrorismo económico, creando lo que es más peligroso, el temor que genera en los inversionistas.

“Todo un bandolerismo, por el terror que están metiendo a las personas que están trabajando en Venezuela en términos perfectamente legales y ahora se asustan porque creen que algo les puede pasar”, señaló Moncada.

Y mientras todo esto pasa, y en la Asamblea General de Naciones Unidas se denuncia en estos días las acciones norteamericanas contra países que no les son afines, aún no surge una condena de la ONU acerca de la violación de los derechos humanos de los venezolanos por Estados Unidos.

Aún resuena siniestramente aquel panfleto contra el Gobierno Bolivariano que el Departamento de Estado escribió para que Michelle Bachelet, una “responsable” de los derechos humanos en la ONU, lo leyera y lo hiciera suyo, sumergiéndose en las aguas albañales en las que también se hallan Trump y el resto de los enemigos del pueblo venezolano.

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