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Filtración en Varsovia

2 de diciembre de 2013

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Los debates sobre cambio climático en la Cumbre de Varsovia no dejaron lugar para las dudas. Quedaba claro —una vez más—que no habrá variaciones en cuanto a la política de los países ricos respecto al clima, fundamentalmente del mayor contaminador del planeta: Estados Unidos.
Pero la filtración de un documento interno de la delegación norteamericana agregó más ingredientes cuando se supo que la agenda de Washington es minimizar la importancia de los daños y pérdidas del calentamiento global, promover los intereses privados en el Fondo Verde para el Clima y retrasar los plazos para reducir las emisiones.
El documento fue conocido por dos periodistas, una de ellas de IPS, y formaba parte, según la propia agencia, de la estrategia negociadora del Departamento de Estado dirigido a diplomáticos destinados en varias embajadas, e incluye “temas de conversación” para que estos funcionarios promovieran en los países donde están acreditados, incluso antes del comienzo de la Conferencia.
Lo contradictorio del material es que expone una política oficial donde Washington se resiste a la adopción de un acuerdo internacional sobre las emisiones contaminantes y se opone a los países en desarrollo en los principales asuntos en juego; mientras el presidente Barack Obama ha manifestado su interés en buscar acuerdos respecto al calentamiento global.
Queda claro entonces que la arrogancia de un gobierno manejado por intereses económicos y financieros puede incluso no coincidir necesariamente con las expresiones públicas del presidente.
El asunto en cuestión hace referencia al tema debatido en Varsovia sobre Daños y Pérdidas, donde los países industrializados y ricos debían cumplir con el compromiso de ayudar a los países que ya están siendo azotados por los efectos del cambio climático.
Al respecto, el Grupo de los 77 países en desarrollo (G-77) más China presentaron a la Convención Marco su propuesta de mecanismo de Daños y Pérdidas, iniciativa que constituía la base de las negociaciones en Varsovia. Pero tal procedimiento no fue aceptado por Estados Unidos y por ello la Conferencia misma tuvo un infeliz término.
Y es ese precisamente el contenido esencial del documento filtrado, donde se deja claro que Washington teme que se insista en la responsabilidad histórica de los países industrializados por las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el cambio climático, porque eso podría conllevar la obligación legal de pagar por lo hecho, destaca IPS.
Al respecto, Estados Unidos señala en el documento su interés por fundamentar toda ayuda a las inversiones privadas de un modo más efectivo que a cualquier otro fondo climático multilateral.
Tal argumento hace fracasar la verdadera intención de los países del Tercer Mundo ya que la verdadera ayuda financiera de los estados industriales terminará en inversiones privadas, en vez de asistencia pública y donaciones.
En fin, las filtraciones de documentos clasificados del Departamento de Estado norteamericano, ocurridas en Ginebra, además de poner en evidencia algo que es propio de la política imperial de sus administraciones, alertó sobre cuál es y será la posición de Washington respecto al cambio climático, sea coincidente o no con lo que dice públicamente el presidente Barack Obama.

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