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Europa: una siesta con pesadillas

1 de septiembre de 2017

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Justificación: preparar a Europa ante una posible guerra contra Rusia.

Realidad: Convertir a los países europeos en verdaderos rehenes de una política agresiva, de guerra, hegemónica…

Finalidad: vender armas, muchas armas salidas del Complejo Militar estadounidense, a países que al optar por esa mala política, se ven cada vez más limitados en la solución de los graves problemas sociales que enfrentan sus pobladores.

Así se presenta la llamada Iniciativa para Reasegurar Europa, venida del gobierno de Barack Obama y que ahora el magnate inmobiliario devenido en presidente de Estados Unidos, lleva a la práctica con nuevos componentes, sobre todo con más dinero para vender armas para “tranquilizar el sueño o la siesta con pesadillas” que forman parte de la vida en el Viejo Continente.

Toda esta política agresiva tiene un objetivo adicional, el de llevar a Rusia a millonarias inversiones en armamentos, lo que podría debilitar su economía y con ello crear nuevas y mayores dificultades a su pueblo.

Veamos: El gobierno de Donald Trump elevará en más de un 40% las sumas de dinero asignadas en lo que dice es para “reasegurar a Europa”.

Esto lo ha afirmado el general Curtis Scaparrotti, jefe de las tropas norteamericanas acantonadas en Europa y por tanto, Comandante Supremo de las fuerzas de la OTAN.

La ascendente escalada en la asignación de recursos,  ha transitado de los 985 millones de dólares invertidos en 2015 a los   3 400 millones en el 2017 y –lean esto– serán 4 800 millones en 2018.

Si la matemática no falla, son casi 10 000 millones de dólares los que invierte Washington en cuatro años en su afán por armar a Europa aunque a sabiendas de que lejos de hacerla más segura, la convierte en insegura y a la vez caótica por el alto costo social que implica toda esa obsesión belicista contra un enemigo que no existe.

Los europeos en su sueño y sus siestas de costumbre –los que pueden dormirla– ven subir los indicadores de deudas mientras bajan los de inversión social, empleo y otros.

Como en todo “buen” sistema capitalista, hay gobiernos de esas naciones que han buscado en la desenfrenada privatización de los servicios de salud, educación y otros, la solución mágica para poder cumplir con el desembolso de las millonarias cantidades de euros que invierten en comprar armas.

La OTAN, mientras tanto, bate palmas eufórica por saberse garantizada en su funcionamiento y usada como punta de lanza para cumplir las órdenes del amo que a miles de millas de distancia le facilita los medios bélicos más modernos para que sean desplegados en naciones cercanas al territorio ruso.

Ya al suelo de Polonia se ha asignado la 3ra Brigada Blindada, especialmente llevada hasta allí desde Fort Carson, en Colorado, Estados Unidos, y que cuenta con 3 500 militares, 87 carros de asalto, 18 piezas de artillería motorizada, 144 vehículos de combate Bradley, y 2 000 vehículos para transporte de tropas, entre otros.

En un movimiento lógico de fuerzas militares para su permanente preparación, esta Brigada está siendo trasladada a países cercanos como Estonia, Lituania, Bulgaria y Rumanía, no por pura casualidad, son territorios muy cercanos al ruso.

El gobierno de Trump, a la vez que avanza en este gran objetivo militar, aplica sanciones contra Moscú para debilitar su economía y crear malestar popular.

Lo más complicado y triste de todo esto es que, mientras escribo este comentario, acciones terroristas estremecen a la Europa que Estados Unidos pretende –armándola más y más– hacerla más segura… insegura yo diría.

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