ribbon

Europa hace aguas…

4 de septiembre de 2014

|

No podía imaginarse la Europa que un día optó por la Unión, que creó una moneda única, el Euro, y que por mucho tiempo vivió en la  opulencia, que en el año 2013, tuviera un crecimiento económico menor que los países del África subsahariana.
Sin embargo, ya estamos en la recta final de 2014 y no he leído ni una sola autocrítica de los gobernantes europeos —responsables en gran medida de lo que ocurre—.
Se ha comprobado que el modelo capitalista neoliberal y su política de reformas no ha funcionado, ni siquiera para salvar al sistema y más bien lo que ha propiciado es que hoy la eurozona tenga niveles récord de desempleo, estancamiento y recesión en su economía y una gran inestabilidad matizada con manifestaciones y protestas de una población llevada a la pobreza.
Un ejemplo: en el último trimestre del presente año la eurozona se estancó y particularmente la economía alemana, la llamada locomotora europea, se contrajo un 0,2%.
Tales hechos llevaron al Centre for European Reform, de Londres, a asegurar que la eurozona se ha convertido en el eslabón más débil de la economía mundial.
En el caso de Francia, el declive económico ha provocado la crisis del gabinete gubernamental, luego que la expectativa de cambio que había generado el presidente Francois Hollande se vino abajo, más que todo por el apego de este a la política belicista de Estados Unidos y la participación de París en conflictos que solo provocan más gastos económicos y pérdidas humanas.
Los líderes de la Unión Europea han optado por la fórmula de convocar reuniones Cumbre —costosas por demás— donde como único acuerdo se adopta el de celebrar una nueva reunión de ese tipo para “seguir discutiendo” el tema.
La próxima Cumbre está prevista para el 7 de octubre —es la tercera en menos de un año— y sus puntos de debate son los mismos: inversión, desempleo, crecimiento económico…
Para analistas del tema a Europa se le está acabando el tiempo, ya que la crisis que comenzó en el 2008 con los bancos y las finanzas; luego pasó a ser del Estado mismo  y hoy, con toda esa sumatoria, tiene que ver con el decrecimiento económico o lo que es igual, una crisis sistémica sin esperanzas de revertir.
La situación actual es un verdadero remolino que pasa por la falta de inversión estatal debido a las políticas de reformas fiscales y ausencia de participación privada en espera de que “pase la crisis”.
Pero a esas realidades se han unido otras. Europa ha sido llevada por Estados Unidos a involucrarse completamente en la crisis de Ucrania y hasta ha aplicado sanciones a Rusia, sabiendo que serán ellos mismos los que resulten más perjudicados.
Se calcula que la crisis ucraniana podría costarle a Europa la fortuna de 400 000 millones de euros por pérdida de exportaciones, financiamiento del Estado ucraniano y negocios energéticos. Y el país más afectado sería Alemania.
¿Han razonado los líderes europeos cuál será la situación de sus naciones en el ya cercano invierno, de no contar con el gas ruso que viene a través de Ucrania?
Para especialistas y algunos medios de comunicación, la eurozona se enfrenta además a la incertidumbre de si tendrá que desaparecer su moneda única, el euro.
Incluso, hay quienes aseguran que la única razón por la cual el euro no desaparece es el costo multimillonario y la extrema inestabilidad que traería la reconversión de la moneda común en divisas nacionales como el franco, la peseta, la lira, el marco alemán, etc.
El semanario británico The Economist, en su edición de agosto, describía que “si el euro solo trae estancamiento, desempleo y deflación, los pueblos mismos terminarán abandonándolo”.
En conclusión, Europa hace aguas…y por todas partes.

Comentarios