ribbon

Estados Unidos: mito y realidad

28 de junio de 2018

|

 

“La enorme riqueza de Estados Unidos contrasta de forma chocante con las condiciones en las que viven grandes cantidades de sus ciudadanos. Unos 40 millones viven en pobreza, 18,5 millones en pobreza extrema y 5,3 millones en condiciones de pobreza extrema propias del Tercer Mundo”.

Que conste que esta afirmación no es un aporte de este periodista a la hora de elaborar un comentario. Se trata de palabras textuales del relator sobre pobreza extrema y derechos humanos de la ONU, Philip G. Alston, quien lo acaba de exponer en un informe.

El texto, divulgado por BBC Mundo, es una crítica descarnada a la primera potencia del mundo, en la que se señalan problemas como la creciente desigualdad, la persistencia del racismo o la indiferencia de los sectores en el poder hacia los más pobres y desfavorecidos.

El documento presenta la situación verdadera de la nación norteña y sugiere formas para eliminar la pobreza como la de una adecuada política de empleo, planes de protección social para los sectores más vulnerables, el uso de la justicia con el mismo rasero para todos y la aplicación de una verdadera igualdad racial y de género.

Debemos imaginarnos la reacción inmediata del magnate presidente Donald Trump y su equipo, con acusaciones tanto para el relator de la ONU sobre Derechos Humanos como para las Naciones Unidas en su conjunto.

Al respecto, la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, dijo que el informe es engañoso y está “motivado por razones políticas” y acusó al relator de “desperdiciar” los recursos de la ONU al investigar la pobreza “en el país más rico y libre del mundo” en lugar de centrarse en naciones donde los gobiernos causan el sufrimiento de su propia población como Burundi y la República Democrática del Congo.

Queda claro en la afirmación de la diplomática yanqui, el desprecio hacia los países pobres, en especial los africanos y el afán desmedido de autoproclamar a Estados Unidos como ejemplo de estado rico y libre.

El informe presentado ante la ONU refiere aspectos irrebatibles como las altas tasas de pobreza infantil y juvenil, que  perpetúan la transmisión de la pobreza inter generacional.

Cuando se trata de la tan cacareada “igualdad de oportunidades” en Estados Unidos, la investigación de la ONU demuestra que se trata de un mito, especialmente para las minorías y las mujeres, pero también para muchas familias de trabajadores blancos de clase media.

Un elemento recogido en el documento, que por su trascendencia cito textualmente en este comentario expresa que “algunos políticos y medios de comunicación estadounidenses se refieren a la pobreza de forma caricaturizada donde los ricos son trabajadores, emprendedores, patriotas e impulsores del éxito económico, mientras los pobres son vagos, perdedores y tramposos. Como consecuencia de ello, (se considera que) el dinero que se gaste en bienestar social es dinero tirado a las cañerías”, critica Alston.

Basado en una investigación con todo crédito, el informe del relator sobre pobreza extrema y derechos humanos de la ONU, Philip G. Alston, “desnuda” una sociedad y un sistema donde, según cifras oficiales, hay unas 553 742 personas sin techo y pone ejemplos como la zona Skid  Row, en Los Ángeles, donde 1 800 sin techo disponen solo de 9 baños públicos para sus necesidades.

Por último, el informe asegura que la sociedad estadounidense es crónicamente segregada, donde los negros tienen 2,5 más probabilidades que los blancos de vivir en la pobreza, una tasa de mortalidad infantil 2,3 veces superior y el nivel de desempleo duplica el de los blancos. Además su tasa de encarcelamiento es 6,4 veces mayor.

Comentarios