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España: crisis y fútbol

29 de abril de 2013

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¿Tendrán que ver las derrotas del Barcelona y del Real Madrid ante equipos alemanes con la crisis económica en España? Algún que otro fanático de la Liga Española de Fútbol quizás crea que el asunto está cogido por los pelos, pero cuando se ven los datos de la economía ibérica la cuestión es para pensar.
La cifra de desempleados en España superó por primera vez los seis millones de personas y alcanzó el 27,16% de la población activa, otro hito de la crisis económica que sufre ese país desde 2008.
El grupo más afectado es el de los menores de 25 años, entre los que el paro se situó en el 57,22% en el primer semestre de este año, con 960 400 jóvenes sin empleo. Lamentable estadística que pone en desfavorable condición al futuro de la población española, y también para los extranjeros, entre los que el desempleo afectó a más de un millón de emigrados, muchos de los cuales están regresando a sus terruños.
La cosa es tan seria, que el gobierno ecuatoriano que preside Rafael Correa ha implementado varios programas de apoyo al retorno de sus nacionales, los cuales incluyen apoyo a la reinserción laboral y asistencia a los más necesitados.
¡Tremenda paradoja cuando en la antigua metrópoli más de un español ha optado por el suicidio ante los desahucios que les han dejado en la calle!
Pero el asunto es todavía más serio, porque el número de hogares españoles en el que todos sus miembros están sin trabajo se acerca a los dos millones, 3,93% más que en el último trimestre de 2012.
Este panorama ocurre en un país donde el fútbol desata pasiones y en una liga que está perdiendo calidad, pues salvo los galácticos y el equipo culé, el resto de las formaciones cada vez pueden pagar menos por los jugadores.
Se da la paradoja, por ejemplo, que a los españoles les cuesta más caro asistir a los partidos de esos dos punteros, que lo que pagan los alemanes (casi la mitad) por ir a los estadios del Bayer Munich y del Borussia Dortmund.
Lo cierto es que cada vez menos ciudadanos de la nación ibérica pueden darse el lujo de asistir a un partido de fútbol, sobre todo cuando en un año la cifra de desempleados creció en 563 300 personas, mientras que la ocupación cayó en 798 500, según datos de la Encuesta de Población Activa.
Son tres millones 304 700 los hombres que están sin trabajo, y dos millones 898 000 las mujeres en igual situación, quienes no pueden darse el lujo de pagar la cara taquilla de un estadio de fútbol, cuando tienen que pagar el alquiler de la vivienda, electricidad, agua, transporte y otros servicios, amén de la alimentación y la salud.
En un país turístico, llama la atención que fue el sector servicios el que registró mayor número de desempleados (un millón 823 900), seguido del desempleo, la construcción, industria y la agricultura.
Las perspectivas no son halagüeñas. En medio de este panorama, el gobierno de Mariano Rajoy anunció oficialmente un cuadro macroeconómico signado por el empeoramiento de las previsiones de crecimiento y empleo.
Según tales proyecciones, Madrid espera una contracción del 1,3% del Producto Interno Bruto, y sólo para 2014 cifra la esperanza de un escuálido despegue del 0,5% de la economía.
Pero el empleo va de mal en peor. Las tasas de desocupación previstas en el nuevo cuadro son del 27,1% en 2013 (frente a 24,3 antes), del 26,7% en 2014 (antes 23,3) y no se situaría por debajo del 25 por ciento hasta 2016.
¿Estarán para entonces el Barcelona o el Real Madrid en la semifinal de la Champeon League? ¿Dominarán equipos alemanes el fútbol europeo? No hay que ser gran analista para concluir que la economía está en todo, por lo que la crisis en España impacta en su fútbol profesional. Algo así como un autogol.

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